Con una ofrenda en el Centro Cultural Jardín Borda, familiares y amigos recuerdan y rinden homenaje al joven futbolista Leonardo Gómez Garduño, quien falleció en agosto de este año, después de ser alcanzado por un rayo mientras jugaba un partido de fútbol.
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El altar se ubica en el interior del Jardín Borda, sobre el corredor principal. Está decorado con un enorme arco de flores de cempasúchil, papel picado con el nombre del joven, fruta, calaveritas de azúcar, pan de muerto y veladoras, así como figuras de origami que representan colibríes de diversos colores.
Además de incluir el retrato del joven, se colocó su uniforme de fútbol en color azul con el número 9, que portó durante su carrera como futbolista, junto con sus tacos de fútbol y un balón, representando la mayor pasión que tuvo en vida.
En el piso, un tapete de flores de cempasúchil y una cruz rodean el nombre de Leo Gómez, escrito con flores blancas y de terciopelo.
Junto a la ofrenda se puede leer un texto escrito por la maestra Minerva Juárez Cruz, quien relata la vida de Leo Gómez, nacido el 19 de enero de 2008 en Cuernavaca, Morelos, y que vivió junto a su madre Gabriela Gómez y sus abuelas Mónica y Luz. Asimismo, describe cómo desde niño era de carácter noble y entusiasta. Destaca que en su tercer cumpleaños la temática fue de Chinelos.
"Es bien sabido que al joven le gustaba el fútbol, desde su infancia había elegido este deporte como su predilecto, que desempeñaría hasta su deceso. Su madre recuerda que en el Mundial de 2014, Leo fue un espectador brillante al reconocer todas las banderas del mundo, ya que podía identificar claramente a qué país correspondían los colores y símbolos de cada estandarte. En los planes de Leo Gómez habitaba la añoranza de ser un futbolista profesional y famoso, pero el destino le tenía preparado otro juego", escribe Minerva Juárez Cruz.
Finalmente, comparte detalles sobre las cosas que más disfrutó en vida, como coleccionar objetos, sus colores y comidas favoritas, y otros aspectos que siempre quedarán en el recuerdo y el corazón de quienes lo conocieron y formaron parte de su vida.
"Leo Gómez falleció el 4 de agosto haciendo lo que más le gustaba, jugando un partido de fútbol. Fue víctima del sorpresivo golpe de un rayo, que lo mantuvo hospitalizado siete días. Amigos y familiares siempre recordarán al joven que tenía la fuerza de un león".
Ante esta última referencia de la fuerza de un león, en el altar se incluye la imagen de un león sobre la fotografía del joven, representando cómo fue Leo en vida y la garra y fuerza con la que siempre se mantuvo, dejando huella en muchos corazones.