La doctora Ana Burguete y el secretario técnico del CMCC-19, Rafael Baldovinos, coincidieron en señalar que durante cuatro meses Comité y Ayuntamiento han promocionado por todos los medios el mensaje del uso de la prenda; sin embargo, a estas alturas de la pandemia, sólo una de cada diez personas, atienden la recomendación.
Al respecto, Francisco Coronato Rodríguez, rector de la Universidad La Salle de Cuernavaca precisó que el uso imperativo del cubrebocas implica respetar la salud e integridad de las personas.
Agregó que es un derecho no violatorio, sino que se consagra como parte de los derechos humanos en la Declaración Universal de la materia y en diversos mecanismos internacionales a los que México está suscrito, por lo que el Ayuntamiento no alteraría ninguna prerrogativa si aplica esa imprescindible medida sanitaria.
Este jueves, el Comité Municipal de Contingencia Covid-19 (CMCC-19) y cuatro directivos de instituciones educativas en la capital coincidieron en que el uso imprescindible del cubrebocas no es violatorio de ningún derecho humano.
Karla Vanessa García, directora administrativa del Instituto de Ingenieros de Morelos; Martha Elena Elizondo directora del Colegio Lancaster; Yolotzin Tapia, coordinador médico del Hospital Henri Dunant; Domingo Tena Villaseñor, presidente de la Comisión Mexicana Derechos Humanos Morelos y Francisco Coronato Rodríguez, rector de la Universidad Lasalle de Cuernavaca coincidieron con la propuesta del CMCC-19.
Señalaron que, al contrario, su uso contribuye a la salud del individuo, la familia y la comunidad.
Recordaron que las leyes mexicanas contemplan el derecho a la salud como una de las libertades fundamentales, así como tratados y convenciones internacionales, por lo que es válida dicha obligatoriedad.
Van por un nuevo artículo en el Bando de Policía y Buen Gobierno
El Comité ve necesario llevar ante el Cabildo un nuevo artículo del Bando de Policía y Buen Gobierno sobre el ineludible uso del cubrebocas y sanciones a quienes incumplan el ordenamiento.
“Es como pasarse un alto y matar alguien”, expresó la directora del Colegio Lancaster, Martha Elizondo, al definir que el no usar cubrebocas en lugares públicos equivale a contagiar a otros, ya sea en caso de enfermos asintomáticos o con síntomas, por lo que en los planteles Lancaster, una vez que se autorice la apertura de aulas, el tapabocas será parte insustituible del uniforme escolar.
En el Instituto de Ingenieros de Morelos, el uso de este aditamento es cumplir con las normas de educación y respeto hacia todas las personas, dentro y fuera del plantel, por lo que sería conveniente que el Ayuntamiento de Cuernavaca implementara su uso indeclinable en calles, comercios, espacios y transporte públicos, señaló Vanesa García.
En tanto, Yolotzin Tapia indicó que al hacerse forzosa la utilización cotidiana y en lugares públicos, es necesaria la concientización de la gente en cuanto a los beneficios de la medida, puesto que son mayoría las personas renuentes e incrédulas respecto a la utilidad del nuevo hábito, incluidos el constante lavado de manos y la sana distancia.
Sobre la importante medida preventiva, Domingo Tena argumentó que la obligatoriedad debe ir acompañada de sanciones administrativas, ya que a todo incumplimiento de una ley corresponde una penalización, siempre y cuando ésta no esté fuera del alcance pecuniario del infractor, sobre todo en esta situación de crisis económica.
La conclusión del Comité e invitados es el sentido de la factibilidad jurídica y social de hacer imperativa la utilización del cubrebocas, como una de las acciones básicas de contención del COVID-19 y para no repetir casos lamentables, como el de la ciudad de Mérida, donde volvieron al confinamiento y al semáforo epidemiológico en rojo, con desastrosas consecuencias para la economía.
Con información del Ayuntamiento de Cuernavaca
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