[Especial] Cierran negocios por pandemia

Pequeños emprendedores sufren por bancarrota y falta de apoyos gubernamentales

José Luis Rojas | El Sol de Cuernavaca

  · sábado 27 de febrero de 2021

Entre los negocios que desaparecieron están El Rincón de Cortés, El Gaitero, Casa Gabilondo y La Casa de mi Suegra / Fotos: Haidee Galicia | El Sol de Cuernavaca

La gran mayoría de restauranteros que cerraron sus negocios por el desplome de las ventas y suspensión de actividades debido a la pandemia, han tenido que vender alguna propiedad, autos u otros de sus bienes para sobrevivir, pero la situación no es la misma para los trabajadores de que viven de su sueldo y se quedan sin trabajo.

Así lo plantea Aurelio "N", quien pide no se den mayores datos personales, "tengo la esperanza y en eso estamos trabajando con mi familia, para reponer nuestro negocio que tuvimos que cerrar en el centro de Cuernavaca luego de años de mucho esfuerzo, pero por la falta de ventas y los gastos de operación que ya resultaban impagables, tuvimos que cerrar, además del nulo apoyo gubernamental".

El empresario destaca que de acuerdo a las cifras conservadoras que han hecho públicas la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), 30 restaurantes han cerrado sus cortinas y con ello se perdieron un estimado de tres mil empleos entre los directos e indirectos, entre alguno de estos negocios que desaparecieron están El Rincón de Cortés, El Gaitero, Casa Gabilondo y La Casa de mi Suegra.

Pero el entrevistado señala que la afectación económica a este sector, particularmente en el centro de Cuernavaca, se había venido registrando con situaciones como el temblor del 2017, así como con las remodelaciones del entonces gobernador Graco Ramírez Garrido, ya que en su momento se cerraron calles importantes del centro, lo que provocó una severa afectación a todo el comercio de la zona, como también sucede con las constantes manifestaciones y bloqueos.

A esto se suma que han desaparecido las escuelas de español que generaban una importante derrama económica al traer turistas norteamericanos a aprender el idioma, quienes rentaban recamaras, realizaban recorridos por los lugares atractivos de la ciudad y acudían a los restaurantes, "hoy no se puede visitar ni siquiera el Palacio de Cortés, que lleva años en reparación y a nadie parece importarle".

Ahora con la pandemia, cierres de los negocios y reaperturas del 25 por ciento de la capacidad de los establecimientos, todo se sigue complicando para los empresarios y comerciantes, ya que han tenido que adaptarse y modificar sus precios para poder sacar lo de sus gastos de operación.

Restauranteros señalan que la afectación económica a este sector se había venido registrando con situaciones como el temblor del 2017.

Todo ello en medio de la indiferencia del gobierno federal, que se ha negado sistemáticamente a crear un programa de incentivos para el sector privado y facilitar el pago de impuestos, de energía eléctrica, las cuotas obrero patronales del Seguro Social, con facilidades, mensualidades para que puedan cubrirse sin dejar de pagar los salarios de los trabajadores.

En el ámbito estatal las autoridades, acusó el empresario, han mostrado su indiferencia e incapacidad para apoyar a los sectores productivos en la medida de la emergencia y sólo se justifican diciendo que entregaron o dispersaron 300 millones de pesos en apoyos financieros a empresarios.

Sobre los municipios, Aurelio "N" simplemente dijo que además que el gobierno no los apoyó ni siquiera con estímulos en el cobro del servicio del agua potable o el impuesto predial, por igual han sido muy laxos en sus acciones para hacer cumplir las normas sanitarias en todos los negocios, pues mientras a los establecidos los vigilan y obligan a cumplir, y los sancionan si no lo hacen, hay bares y comercios informales que no se tocan y que dejan que hagan lo que quieran.

En medio de toda esta problemática, reiteró el empresario, "quienes tenemos algún bien lo vendemos y vamos sobreviviendo, pero los trabajadores sin empleo y sin ingresos, algunos se van a vender a las calles lo que pueden, otros buscan trabajo de taxistas, incluso a hacer malabares en los cruceros de las calles, pero ante una emergencia, como es el caso de una enfermedad mortal de alguno de sus familiares, si no tienen con qué pagar su atención, sus medicamentos o el oxígeno, en medio de la desesperación van a buscar sacar el dinero de donde sea, pero ante esta grave problemática nuestro gobierno de fuereños permanece indiferente, incapaz y con oídos sordos, así es que no nos queda más a los morelenses que buscar la forma de salir adelante nosotros solos y elegir mejor la próxima vez".