Cisco Jiménez, artista plástico originario de Cuernavaca, Morelos, con 30 años de trayectoria, ha explorado diversos temas de índole social, político y cultural a través del arte.
Artista que recuerda con mucho cariño cómo fue su infancia en las calles de la Ciudad de la Eterna Primavera.
Crecí en una familia tradicional mexicana de clase media que en los setenta estaba muy estable y tenía aspiraciones a subir de status. Recuerdo que se esmeraban mucho en darnos una educación responsable, estudié en escuelas de gobierno y era un sistema bastante sano. En aquel tiempo, Cuernavaca era una ciudad que permitía mucha movilidad y aunque no estaba en el centro, venía caminando a clases de arte desde Amatitlán
Cuando ingresó a la primaria, uno de sus pasatiempos favoritos era dibujar en los cuadernos, gran virtud que detectaron los maestros y le pidieron a su mamá que lo inscribiera a una escuela de arte para canalizar esos deseos.
Fui a un taller infantil en el Instituto Regional de Bellas Artes, que estaba en avenida Morelos y ahí fue mi iniciación artística con una maestra colombiana en Artes aplicadas, nos ponía a tejer, bordar, pegar botones y a hacer varias cosas creativas, que era algo muy divertido
Durante las clases, Cisco veía a los alumnos de otros grupos de más edad, tomando clase con maestros como Guillermo Monroy y Armando Kramsky, que los ponían a hacer dibujos sobre copias de pinturas renacentistas pero utilizando únicamente lápices de color.
Eso me parecía algo tan difícil y lejano, que agarré cierta fobia a seguir estudiando ahí. Pero la etapa que tuve con la maestra colombiana fue bastante buena y muy libre
A los 15 años seguía dibujando y pintando, principalmente paisajes en acuarela y un poco de oleo; posteriormente, se interesó por la rama de la caricatura política y las historietas.
Me di cuenta que aquí vivía Rius y me le pegué, con él empecé a tener noción de lo que era dibujar con tinta china sobre papel y cómo hacer viñetas. Me regaló un libro que había hecho sobre cómo crear historietas, un gran almanaque de caricaturistas con sus técnicas, sus ideas y algunos ejemplos de su trabajo que fue bastante ilustrativo. Luego, él me metió a dibujar a un periódico de izquierda llamado ‘Correo del sur’ fundado por Sergio Méndez Arceo y ahí fue el primer medio en donde publiqué caricatura política
La primera exposición individual fue hace 30 años en los pasillos del Centro Cultural Universitario, un importante espacio para la difusión artística en Morelos. Actualmente, cuenta con más de 50 exposiciones en lo individual y algunas colectivas hechas en México, Estados Unidos, España y Reino Unido, además con el orgullo de formar parte en más de 20 colecciones alrededor del mundo.
Todo vino de una manera orgánica porque a través de las exposiciones se iban generando contactos, ventas y mayor capacidad de liderazgo y empoderamiento para empezar a estar fuera de Cuernavaca; empecé a incursionar en Ciudad de México, varias galerías me abrieron sus puertas y de ahí empezó una dinámica bastante buena de exhibir, tener promoción, vender la obra, viajes y becas, que afortunadamente ha seguido hasta el día de hoy
Justamente la caricatura política ha sido gran influencia y pilar en el arte que lleva haciendo durante tres décadas.
Mis obras plásticas incluían mucha crítica social, sobre problemas ecológicos, políticos, económicos y sociales; otra influencia era incluir textos e imágenes en las obras. Entonces en las piezas, aparecían muchas frases, palabras, anotaciones y referencias gráficas; eso enriqueció y me marcó particularmente, porque muchos artistas no explotaban esa veta y yo sí, lo que me dio mucha notoriedad
Una de las características que destacan en la obra de Cisco, es incluir un lenguaje popular, usando groserías y albures en sus imágenes, como una oda a la cultura popular mexicana.
He tenido censura pero de la sabrosa, esa que generaba un ruido que hacía que a la gente no le gustara y odiara la obra; pero también empezaba a crearse un círculo de fans de los que si les parecía ese arriesgue y falta de respeto hacia el contexto del arte. Por un lado se cerraban unas puertas y se abrían otras; era como un daño colateral pero que al final resultaba muy positivo
En su obra más reciente, Cisco ha colaborado con artesanas de San Agustín Oapan, Guerrero y Cuentepec, Morelos, con un proyecto que resignifica los procesos artesanales y crea un diálogo entre el discurso del arte contemporáneo y la producción, así como la distribución y venta de arte popular en estas regiones.
El interés por lo popular me ha acompañado toda la vida, en este caso en las últimas obras hay una colaboración directa con mujeres artesanas indígenas y el resultado fue muy híbrido porque la colaboración consiste en que ellas reinterpreten y elaboren diseños de dibujos míos que tienen que ver con la tecnología obsoleta, como las radiograbadoras, los radios de transistores y tocadiscos, toda esa parafernalia que para nosotros ya es basura tecnológica; justo para crear ese contraste entre lo artesanal y lo hecho a mano que también no está tan apreciado. Y justo plasmar esta visión nostálgica que hay por ese recuerdo de la tecnología, haciendo referencia a que el pasado muy ancestral y el reciente, tienen la misma carga de nostalgia, que es como la añoranza a un mundo que parecía mejor a lo que vivimos actualmente y es irreversible
Cisco es un artista que cuenta con una gran trayectoria a nivel internacional, sin embargo, su amor a la cultura mexicana y a sus raíces, siempre ha demostrado su interés por seguir creando en Cuernavaca y trabajar para que la ciudad destaque como un potencial de cultura, participando en exposiciones colectivas, apoyando e impulsando la carrera de jóvenes talentos.
