/ jueves 19 de septiembre de 2019

[Especial] Continúa la restauración de inmuebles históricos

De acuerdo con el INAH, el 97 por ciento de las construcciones se vieron afectadas por el sismo

El 19 de septiembre es una fecha que ha marcado la vida de los mexicanos, en primer lugar después de la tragedia ocurrida en 1985, que ante las nuevas generaciones era sólo una historia contada por sus abuelos y padres. Sin embargo, en el 2017 se volvió realidad cuando un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter azotó el territorio morelense y con él la catástrofe.

A las 13:14 horas el caos se vivió en varios municipios donde el temblor, cuyo epicentro se localizó en el municipio de Axochiapan, cimbró la tierra y dejo a su paso no sólo pánico entre los morelenses sino terribles perdidas, humanas y materiales, entre ellas registradas en obras arquitectónicas, como son las iglesias, al albergar Morelos importantes centros religiosos como son la Ruta de los Conventos y Los Primeros Monasterios del siglo XVI en las faldas del Popocatépetl, como ejemplo la Catedral de Cuernavaca.

El patrimonio del estado se vio dañado por el sismo, no sólo fueron los inmuebles religiosos sino también edificaciones de vivienda, edificios públicos, centros educativos situados en inmuebles históricos, así como centros de salud.

Unos días después del siniestro, la entonces directora del Centro INAH Morelos, María Isabel Campos Goenaga, confirmó a El Sol de Cuernavaca que 300 de los 400 inmuebles considerados en el catálogo histórico-cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Morelos, que incluye inmuebles religiosos, estaciones de ferrocarril, viviendas con arquitectura vernácula, entre otros, resultaron afectados.

Señaló que al ser edificios que fueron construidos en etapas y épocas diferentes, los daños serían diferenciados también.

Morelos cuenta con 11 conventos, declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad, los cuales registraron en su totalidad daños. Destacando la Catedral de Cuernavaca, que sufrió afectaciones en el cupulín del campanario.

Asimismo, los exconventos de Nuestra Señora de la Natividad, en Tepoztlán, y el de San Juan Bautista, en Tlayacapan.

Además, el Centro INAH Morelos realizó trabajos de intervención en la acrópolis de las pirámides de Xochicalco, en el municipio de Miacatlán, la pirámide de Teopanzolco que aún se encuentra cerrada, el Palacio de Cortés y el Jardín Borda, en Cuernavaca, así como el Museo Casa Morelos, en Cuautla.

De acuerdo con Fernando Duarte Soriano, Jefe del Área de Monumentos Históricos del Centro INAH Morelos, de los 259 inmuebles históricos en la entidad, el 97 por ciento se vieron afectados, por lo cual generaron cerca de 13 brigadas encargadas de efectuar una cuantificación de los daños de cada edificación.

Explicó que a raíz de los sismos de 1985 y 1999 se generó un seguro para estos inmuebles religiosos, abiertos al culto público y a cargo de la federación, por lo que de los 259 inmuebles históricos afectados, dos terceras partes están siendo atendidas con dicha garantía.

Asimismo, el INAH registro por numeraria el grado de daños para así hacer cada una de las intervenciones, “algunos como los conventos que tienen volúmenes masivos, se vieron reflejados los daños estructuralmente y capillas en pequeño tamaño registraron pocas afectaciones. El número uno es para daño menor, dos daño.

Del número antes mencionado, están concluyendo actualmente un total de 118 iglesias con daño menor, que actualmente están siendo utilizadas por las comunidades feligresas, mientras que el resto está en proceso de intervención como son los conjuntos conventuales que forman parte de los primeros monasterios del siglo XVI en las faldas del Popocatépetl.

También otros con jerarquía relevante, tales como el convento de San Agustín en Jonacatepec; el santuario de Tepalcingo; el convento de Santo Domingo de Guzmán en Tlaquiltenango; y el convento de San Miguel Arcángel en Tlaltizapán.

No obstante, Duarte Soriano mencionó que el templo y exconvento de San Marcos en el poblado de Tlayecac en Ayala y el convento de San Miguel Arcángel en Anenecuilco, no ha iniciado su segunda etapa de restauración aunque como todos los inmuebles con daño moderado y grave tuvieron a finales de 2017 y principios de 2018, trabajos preventivos de limpieza, y apuntalamientos.

Otro de los aspectos atendidos por el Centro INAH Morelos fue la restauración de bienes muebles, imágenes que se vieron afectadas por colapso de material o la pintura mural que forma parte de la decoración de orden religioso, como son las pinturas de caballete en Tepalcingo.

Al respecto, en un boletín de prensa, Isabel Campos Goenaga, indicó que algunas de las esculturas restauradas fueron el Señor de la Columna, del Templo y Exconvento de Santiago Apóstol, en Jiutepec, pieza policromada del siglo XVIII, que presentó fracturas en el cuello, brazos y manos, pérdida de tres dedos de la mano izquierda y pérdida total de ambas orejas, elementos que se restituyeron, conservando intacto el valor intangible de la pieza.

Igualmente, al Cristo Aparecido, del Ex Convento de San Guillermo, en Totolapan, del siglo XVI, que resultó con pérdida de cuatro dedos de la mano izquierda y dos de la derecha, y grietas parciales en rodillas y brazos; se unieron los elementos desprendidos y se hizo la integración estética para apreciar su unidad.

Confirmó que ambas piezas fueron restauradas en las comunidades, con lo que se buscó dar certeza a los pobladores sobre el destino de su patrimonio.

Alrededor de 15 haciendas morelenses resultaron con algunos elementos dañados, específicamente en su estructura arquitectónica, por ello el INAH ha brindado asesorías técnicas, pero depende de cada una, al ser particulares, generar los recursos para la restauración.

Ante los graves daños que padecieron los templos y la necesidad de continuar las actividades, el INAH instaló entre cien a 150 áreas de culto alternas en la misma área del inmueble religioso, siempre y cuando contara con un espacio amplio y a una distancia considerable que no representara un riesgo para la población.

En caso de que el inmueble no lo permitiera, conjuntamente con la autoridad municipal se buscó otro lugar para realizar las actividades religiosas.

En este sentido, el vicario de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, indicó que sacerdotes y feligreses de parroquias afectadas siguen utilizando los atrios para efectuar sus actividades litúrgicas.

Además que ante la contingencia los Ayuntamientos y comisariados ejidales prestaron salones para continuar con los actos eclesiásticos aunque actualmente la mayoría se encuentra en los atrios bajo lonas y ciertas estructuras, precisamente por la consolidación de los trabajos, lo que representa un gasto para las parroquias y la misma comunidad católica.

El padre ha insistido esperan que para el 2020 puedan entregarles la mayoría de las iglesias en etapa de reconstrucción tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, debido a que un gran número de ellas en Morelos se vieron afectadas, desde la parte norte en Huitzilac, Tepoztlán, Tlayacapan, y Totolapan; zona sur, Jojutla, Tepalcingo, Amacuzac, Axochiapan; poniente, Cuernavaca, Mazatepec, Miacatlán; y en el oriente, Jantetelco, Tetela del Volcán, Hueyapan, entre muchas más.

Fernando Duarte Soriano, jefe del área de Monumentos Históricos del Centro INAH Morelos, aseveró que en la entidad se ha avanzado bastante en términos generales, “llevamos un buen avance tanto en la parte administrativa como en la parte física de todos los inmuebles”.

El 19 de septiembre es una fecha que ha marcado la vida de los mexicanos, en primer lugar después de la tragedia ocurrida en 1985, que ante las nuevas generaciones era sólo una historia contada por sus abuelos y padres. Sin embargo, en el 2017 se volvió realidad cuando un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter azotó el territorio morelense y con él la catástrofe.

A las 13:14 horas el caos se vivió en varios municipios donde el temblor, cuyo epicentro se localizó en el municipio de Axochiapan, cimbró la tierra y dejo a su paso no sólo pánico entre los morelenses sino terribles perdidas, humanas y materiales, entre ellas registradas en obras arquitectónicas, como son las iglesias, al albergar Morelos importantes centros religiosos como son la Ruta de los Conventos y Los Primeros Monasterios del siglo XVI en las faldas del Popocatépetl, como ejemplo la Catedral de Cuernavaca.

El patrimonio del estado se vio dañado por el sismo, no sólo fueron los inmuebles religiosos sino también edificaciones de vivienda, edificios públicos, centros educativos situados en inmuebles históricos, así como centros de salud.

Unos días después del siniestro, la entonces directora del Centro INAH Morelos, María Isabel Campos Goenaga, confirmó a El Sol de Cuernavaca que 300 de los 400 inmuebles considerados en el catálogo histórico-cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Morelos, que incluye inmuebles religiosos, estaciones de ferrocarril, viviendas con arquitectura vernácula, entre otros, resultaron afectados.

Señaló que al ser edificios que fueron construidos en etapas y épocas diferentes, los daños serían diferenciados también.

Morelos cuenta con 11 conventos, declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad, los cuales registraron en su totalidad daños. Destacando la Catedral de Cuernavaca, que sufrió afectaciones en el cupulín del campanario.

Asimismo, los exconventos de Nuestra Señora de la Natividad, en Tepoztlán, y el de San Juan Bautista, en Tlayacapan.

Además, el Centro INAH Morelos realizó trabajos de intervención en la acrópolis de las pirámides de Xochicalco, en el municipio de Miacatlán, la pirámide de Teopanzolco que aún se encuentra cerrada, el Palacio de Cortés y el Jardín Borda, en Cuernavaca, así como el Museo Casa Morelos, en Cuautla.

De acuerdo con Fernando Duarte Soriano, Jefe del Área de Monumentos Históricos del Centro INAH Morelos, de los 259 inmuebles históricos en la entidad, el 97 por ciento se vieron afectados, por lo cual generaron cerca de 13 brigadas encargadas de efectuar una cuantificación de los daños de cada edificación.

Explicó que a raíz de los sismos de 1985 y 1999 se generó un seguro para estos inmuebles religiosos, abiertos al culto público y a cargo de la federación, por lo que de los 259 inmuebles históricos afectados, dos terceras partes están siendo atendidas con dicha garantía.

Asimismo, el INAH registro por numeraria el grado de daños para así hacer cada una de las intervenciones, “algunos como los conventos que tienen volúmenes masivos, se vieron reflejados los daños estructuralmente y capillas en pequeño tamaño registraron pocas afectaciones. El número uno es para daño menor, dos daño.

Del número antes mencionado, están concluyendo actualmente un total de 118 iglesias con daño menor, que actualmente están siendo utilizadas por las comunidades feligresas, mientras que el resto está en proceso de intervención como son los conjuntos conventuales que forman parte de los primeros monasterios del siglo XVI en las faldas del Popocatépetl.

También otros con jerarquía relevante, tales como el convento de San Agustín en Jonacatepec; el santuario de Tepalcingo; el convento de Santo Domingo de Guzmán en Tlaquiltenango; y el convento de San Miguel Arcángel en Tlaltizapán.

No obstante, Duarte Soriano mencionó que el templo y exconvento de San Marcos en el poblado de Tlayecac en Ayala y el convento de San Miguel Arcángel en Anenecuilco, no ha iniciado su segunda etapa de restauración aunque como todos los inmuebles con daño moderado y grave tuvieron a finales de 2017 y principios de 2018, trabajos preventivos de limpieza, y apuntalamientos.

Otro de los aspectos atendidos por el Centro INAH Morelos fue la restauración de bienes muebles, imágenes que se vieron afectadas por colapso de material o la pintura mural que forma parte de la decoración de orden religioso, como son las pinturas de caballete en Tepalcingo.

Al respecto, en un boletín de prensa, Isabel Campos Goenaga, indicó que algunas de las esculturas restauradas fueron el Señor de la Columna, del Templo y Exconvento de Santiago Apóstol, en Jiutepec, pieza policromada del siglo XVIII, que presentó fracturas en el cuello, brazos y manos, pérdida de tres dedos de la mano izquierda y pérdida total de ambas orejas, elementos que se restituyeron, conservando intacto el valor intangible de la pieza.

Igualmente, al Cristo Aparecido, del Ex Convento de San Guillermo, en Totolapan, del siglo XVI, que resultó con pérdida de cuatro dedos de la mano izquierda y dos de la derecha, y grietas parciales en rodillas y brazos; se unieron los elementos desprendidos y se hizo la integración estética para apreciar su unidad.

Confirmó que ambas piezas fueron restauradas en las comunidades, con lo que se buscó dar certeza a los pobladores sobre el destino de su patrimonio.

Alrededor de 15 haciendas morelenses resultaron con algunos elementos dañados, específicamente en su estructura arquitectónica, por ello el INAH ha brindado asesorías técnicas, pero depende de cada una, al ser particulares, generar los recursos para la restauración.

Ante los graves daños que padecieron los templos y la necesidad de continuar las actividades, el INAH instaló entre cien a 150 áreas de culto alternas en la misma área del inmueble religioso, siempre y cuando contara con un espacio amplio y a una distancia considerable que no representara un riesgo para la población.

En caso de que el inmueble no lo permitiera, conjuntamente con la autoridad municipal se buscó otro lugar para realizar las actividades religiosas.

En este sentido, el vicario de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, indicó que sacerdotes y feligreses de parroquias afectadas siguen utilizando los atrios para efectuar sus actividades litúrgicas.

Además que ante la contingencia los Ayuntamientos y comisariados ejidales prestaron salones para continuar con los actos eclesiásticos aunque actualmente la mayoría se encuentra en los atrios bajo lonas y ciertas estructuras, precisamente por la consolidación de los trabajos, lo que representa un gasto para las parroquias y la misma comunidad católica.

El padre ha insistido esperan que para el 2020 puedan entregarles la mayoría de las iglesias en etapa de reconstrucción tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, debido a que un gran número de ellas en Morelos se vieron afectadas, desde la parte norte en Huitzilac, Tepoztlán, Tlayacapan, y Totolapan; zona sur, Jojutla, Tepalcingo, Amacuzac, Axochiapan; poniente, Cuernavaca, Mazatepec, Miacatlán; y en el oriente, Jantetelco, Tetela del Volcán, Hueyapan, entre muchas más.

Fernando Duarte Soriano, jefe del área de Monumentos Históricos del Centro INAH Morelos, aseveró que en la entidad se ha avanzado bastante en términos generales, “llevamos un buen avance tanto en la parte administrativa como en la parte física de todos los inmuebles”.

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