En los años noventa, en Morelos la mayor parte de la población ocupada se concentraba en las actividades del sector agrícola, pero desde finales de los años noventa y hasta la fecha se registró una movilidad hacia los trabajos dedicados a la industria.
Desde 1985 hasta la actualidad comienzan a modificarse los procesos de producción y de organización laboral de las empresas industriales, como resultado de la crisis de reestructuración productiva que se inició en el país y de la posterior apertura comercial. A partir de este periodo se observan ramas industriales que registran bajos niveles de densidad del capital y un deterioro de los salarios y la productividad; tal es el caso de los alimentos y bebidas, textiles y el vestido.
En Morelos se cuenta con diversas marcas de la industria textil-confección, el municipio de Emiliano Zapata alberga la Ciudad de la Confección, en el 2000 contaba con empresas dedicadas a la fabricación de lencería y pantalones, trajes de baño y a la maquila de playeras, ropa casual y deportiva, entre las que destacan Hermosa Amazing Grace.
El Parque Industrial Burlington se concibió en septiembre de 1997 como una zona industrial textilera en México, ubicado en Yecapixtla; aquí se instalaron tres plantas: Burimex Denim en la División Cone Denim; Hilos de Yecaplixtla S. A. de C. V. y Casimires Burlmex, en la División Burlington WorldWide. La primera planta es fabricante de tela de mezclilla, la segunda manufactura hilo de algodón y la tercera telas para casimires y sus mezclas.
Según un estudio del Centro de Apoyo al Trabajo A.C., hecho en 2019 a trabajadoras de dos de las naves industriales del estado, su plantilla laboral son particularmente mujeres, jefas de familia, con un nivel de escolaridad de primaria y migrantes. Las trabajadoras afirman estar en constante vulnerabilidad por los abusos, malos tratos y en algunos casos acoso sexual y laboral por parte de los supervisores. El rango de edad oscila entre los 18 y 55 años.
La presidenta de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive) delegación Morelos, Magda Cortés Irazoque, reconoció que cada empresa maneja su propia plantilla laboral de acuerdo a sus reglamentos, en muchos de los casos se da que les paga a destajo y es donde se pueda mantener o ver como una supuesta explotación laboral, pero no lo considera así, ya que se manejan ocho horas de trabajo y les dan también media hora para comer.
“Hay gente que tal vez quiera ganar un poco más y se quede más horas, pero aquí en Morelos, se maneja sus reglamentos y creo que no lo veo desde ese punto de vista, que exista explotación laboral”, acentuó.
El informe establece que la mayoría de los trabajadores tienen acceso solo a seguridad social y bonos; trabajando de nueve a 10 horas diarias, mientras que el salario semanal es de 740 a mil 330 pesos, respectivamente. El salario puede variar conforme a las horas extras que trabajen, que, aunque no son obligatorias, en caso de laborarlas se les condicionan los permisos o la producción.
La Comisión Independiente de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CIDHM) aseveró que no han recibido denuncias o quejas por explotación laboral en este sector, solo consultas para saber qué hacer en caso de no obtener su salario completo al trabajar a destajo.
No obstante, el Centro de Apoyo al Trabajador A.C. denunció que no existen condiciones mínimas para realizar el trabajo, las sillas y los tapetes no son ergonómicas, hay poca ventilación y tienen que soportar temperaturas de 40 grados o más.
Por ello, entre las recomendaciones está el continuar con el contacto de las trabajadoras y trabajadores y aprovechar el interés que mostraron en capacitarse y formar parte del sindicato, considerar la existencia de los sindicatos que están presentes en las empresas y revisar la correlación de fuerzas y cuidar la estabilidad laboral de las trabajadoras y trabajadores porque la experiencia ha mostrado que en cuanto se empiezan a capacitar y organizar, la empresa les despide.