/ sábado 14 de noviembre de 2020

[Especial] Investigan desvío de inversión del Coruco Díaz

El monumental estadio, que costó más de 800 millones de pesos, está por convertirse en un elefante blanco

Sin inversionistas que le apuesten y un gobierno morelense que se mira inclinado a tirar la corona antes que salvar unos muy cuestionados gastos de renovación, el estadio Agustín “Corruco” Díaz ésta en peligro en convertirse en un elefante cebrado de verde y blanco.

Para un pueblo fiel y aficionado al futbol como Zacatepec, hoy es evidente que cuentan con un estadio de ricos para un pueblo de pobres y estos últimos miran diluirse las esperanza de revivir la efervescencia de las gradas por tantas generaciones en antaño.

Indiscutiblemente la vida social y económica del municipio de Zacatepec giraba en torno al estadio y el ingenio azucarero; hoy es innegable que en la industria azucarera hay cada vez menos trabajadores, quedaron atrás los tiempos de gloria y de aquella ciudad industrial solo queda el mote de “cañeros” que por obviedad fue el nombre adoptado por el insigne equipo de futbol cobijado en esta región cada vez más empobrecida y vilipendiada, tanto por los inversionistas como por sus gobernantes.

Vejez y sobreprecios

Zacatepec, poco a poco se ha convertido en una comunidad pobre y envejecida; sus jóvenes emigran a otros lugares para buscar oportunidades y los adultos se quedan con los recuerdos y miran impotentes ese costoso y reconocido estadio cubierto por 350 toneladas de acero, cuyo proyecto arquitectónico original fue de 563 millones de pesos y al final se elevó a 857 millones 832 mil 681 pesos, (300 millones de pesos más) y que no quedó terminado; además, los responsables del proyecto omitieron la promesa de indemnizar a las familias que vivieron por años bajo las gradas del viejo estadio.

Daños patrimoniales

En esta historia llena de negligencias y fundadas sospechas de corrupción, se suma el hecho de que no se repusieron los inmuebles públicos del municipio que se perdieron con la expansión del estadio en pleno corazón de la cabecera municipal, se eliminó la Biblioteca Pública, la Casa de la Cultura, la Unidad Básica de Rehabilitación, el Campo de Beisbol, el Teatro del Pueblo y del Jardín “Miguel Hidalgo” apenas quedó una cuarta parte y lo inexplicable fue que durante la modificación, no hubo autoridad que defendiera el patrimonio municipal.

¿Y el estacionamiento, apá?

Sobre esta mole futbolera, las fallas no tardaron en salir y relucir, unas semanas antes de la inauguración, el 28 de agosto de 2014; el coloso se inundó y en el partido de encuentro amistoso entre el Zacatepec y las Chivas del Guadalajara, se acordaron que no habían construido el estacionamiento para recibir a más de 24 mil 750 aficionados, salvo el estacionamiento exclusivo para los equipos y los que compraron palco -111 palcos- y por si fuera poco, los vientos de temporada dieron cuenta de la endeble soldadura de las pesadas hojas, por lo que fue obligatorio atornillar y remachar toda la estructura que la cubre; un costo adicional e inflado a la cantidad originalmente presupuestada.

Tiempos de gloria y nostalgia

Desde sus inicios, el Agustín “Corruco” Díaz ha contado con afición aguerrida y fiel como la porra de los “Panza Brava” que cada sábado se reunían para ensayar las estruendosas y temerarias porras que entre “chela y chela” para hilar y perfeccionar un contagiosa porra y hacer vibrar el estadio sin importar que en varias ocasiones perdieran un partido pues la convivencia era primero.

Entre los aficionados al futbol y conocedores de este municipio, Alfonso Ríos Figueroa menciona nostálgico: “es una pena que no haya equipos”. Hay que recordar que el futbol es más que una tradición en Zacatepec, es la aspiración deportiva de muchas generaciones y jóvenes que conocen de los tiempos de gloria por las historias narradas por los abuelos y sus padres; “los muchachos aspiran a jugar en primera división o hacer una actividad deportiva y no la hay”.

Un estadio ampliado y modernizado como se reiteraba en los discursos de reconstrucción, se convirtió en el sueño y la esperanza económica de incontables familias que el año pasado, sobrevivían con lo que ganan en cada evento futbolístico.

Disculpe, estadio cerrado

El estadio de futbol es de facto un atractivo turístico, centenares de personas visitan Zacatepec tan solo para conocer el estadio Agustín “Coruco” Díaz, pero es grande su decepción al encontrarle cerrado y esto lo asegura nostálgico Poncho Ríos, ciudadano oriundo de ese municipio quien considera que la falta de equipo deteriora aún más la castigada economía de Zacatepec y agrega que: “el pueblo se identifica por dos cosas, la caña y el fútbol y al no tener fútbol, se pierde y duele saber que se tiene un estadio de ricos para un pueblo de pobres”

El mismo entrevistado agrega: “nuestro gobernador, amén de que sea un buen o mal gobernador, fue un excelente futbolista, es una persona de futbol que no quiere coronarse con un buen equipo para Zacatepec, y eso resulta inexplicable, para un futbolista de su talla, que sabe que el espectáculo de futbol es una gran empresa, es como si despreciara la corona, por lo menos debería brindar oportunidad a los jóvenes talentosos, aspirar esa situación, es lamentable que sea un desperdicio de inmueble”, remata.

Pandemia, caída económica y sin futbol

Por su cuenta, ahora en tiempo de pandemia, la misma Delegación de la Cámara de Comercio Servicios y Turismo de Zacatepec reconoce que tienen más afiliados que en Jojutla, porque con la actividad de cada quince días, había una reactivación económica directa e indirecta, “…ya se resiente que no hay y no habrá” afirma Talina Robles Galván gerente de la Canaco-Servitur y señala que es muy pronto para saber cuántos negocios van a cerrar o cuántos van a volver a abrir, pues Covid-19, también es un factor de rezago económico.

Para Mario Hernández Director del Deporte en el Municipio de Zacatepec, el estadio a la fecha se encuentra en muy buenas condiciones, pero desconoce a quién le corresponde cubrir los gastos del mantenimiento, los servicios de agua y energía eléctrica: hasta hace poco le dieron la concesión del estadio a los empresarios de “Lobos Zacatepec” un equipo que venía en la en la Liga de Balompié Mexicano (LBM), presidida por Carlos Salcido, a quien le dieron el comodato o la concesión, no sabemos por cuánto tiempo, aunque desafortunadamente no logró radicarse en Zacatepec y no jugaron un solo partido de acuerdo a lo que le refirió el administrador del estadio Gonzalo Farfán .



Sin inversionistas que le apuesten y un gobierno morelense que se mira inclinado a tirar la corona antes que salvar unos muy cuestionados gastos de renovación, el estadio Agustín “Corruco” Díaz ésta en peligro en convertirse en un elefante cebrado de verde y blanco.

Para un pueblo fiel y aficionado al futbol como Zacatepec, hoy es evidente que cuentan con un estadio de ricos para un pueblo de pobres y estos últimos miran diluirse las esperanza de revivir la efervescencia de las gradas por tantas generaciones en antaño.

Indiscutiblemente la vida social y económica del municipio de Zacatepec giraba en torno al estadio y el ingenio azucarero; hoy es innegable que en la industria azucarera hay cada vez menos trabajadores, quedaron atrás los tiempos de gloria y de aquella ciudad industrial solo queda el mote de “cañeros” que por obviedad fue el nombre adoptado por el insigne equipo de futbol cobijado en esta región cada vez más empobrecida y vilipendiada, tanto por los inversionistas como por sus gobernantes.

Vejez y sobreprecios

Zacatepec, poco a poco se ha convertido en una comunidad pobre y envejecida; sus jóvenes emigran a otros lugares para buscar oportunidades y los adultos se quedan con los recuerdos y miran impotentes ese costoso y reconocido estadio cubierto por 350 toneladas de acero, cuyo proyecto arquitectónico original fue de 563 millones de pesos y al final se elevó a 857 millones 832 mil 681 pesos, (300 millones de pesos más) y que no quedó terminado; además, los responsables del proyecto omitieron la promesa de indemnizar a las familias que vivieron por años bajo las gradas del viejo estadio.

Daños patrimoniales

En esta historia llena de negligencias y fundadas sospechas de corrupción, se suma el hecho de que no se repusieron los inmuebles públicos del municipio que se perdieron con la expansión del estadio en pleno corazón de la cabecera municipal, se eliminó la Biblioteca Pública, la Casa de la Cultura, la Unidad Básica de Rehabilitación, el Campo de Beisbol, el Teatro del Pueblo y del Jardín “Miguel Hidalgo” apenas quedó una cuarta parte y lo inexplicable fue que durante la modificación, no hubo autoridad que defendiera el patrimonio municipal.

¿Y el estacionamiento, apá?

Sobre esta mole futbolera, las fallas no tardaron en salir y relucir, unas semanas antes de la inauguración, el 28 de agosto de 2014; el coloso se inundó y en el partido de encuentro amistoso entre el Zacatepec y las Chivas del Guadalajara, se acordaron que no habían construido el estacionamiento para recibir a más de 24 mil 750 aficionados, salvo el estacionamiento exclusivo para los equipos y los que compraron palco -111 palcos- y por si fuera poco, los vientos de temporada dieron cuenta de la endeble soldadura de las pesadas hojas, por lo que fue obligatorio atornillar y remachar toda la estructura que la cubre; un costo adicional e inflado a la cantidad originalmente presupuestada.

Tiempos de gloria y nostalgia

Desde sus inicios, el Agustín “Corruco” Díaz ha contado con afición aguerrida y fiel como la porra de los “Panza Brava” que cada sábado se reunían para ensayar las estruendosas y temerarias porras que entre “chela y chela” para hilar y perfeccionar un contagiosa porra y hacer vibrar el estadio sin importar que en varias ocasiones perdieran un partido pues la convivencia era primero.

Entre los aficionados al futbol y conocedores de este municipio, Alfonso Ríos Figueroa menciona nostálgico: “es una pena que no haya equipos”. Hay que recordar que el futbol es más que una tradición en Zacatepec, es la aspiración deportiva de muchas generaciones y jóvenes que conocen de los tiempos de gloria por las historias narradas por los abuelos y sus padres; “los muchachos aspiran a jugar en primera división o hacer una actividad deportiva y no la hay”.

Un estadio ampliado y modernizado como se reiteraba en los discursos de reconstrucción, se convirtió en el sueño y la esperanza económica de incontables familias que el año pasado, sobrevivían con lo que ganan en cada evento futbolístico.

Disculpe, estadio cerrado

El estadio de futbol es de facto un atractivo turístico, centenares de personas visitan Zacatepec tan solo para conocer el estadio Agustín “Coruco” Díaz, pero es grande su decepción al encontrarle cerrado y esto lo asegura nostálgico Poncho Ríos, ciudadano oriundo de ese municipio quien considera que la falta de equipo deteriora aún más la castigada economía de Zacatepec y agrega que: “el pueblo se identifica por dos cosas, la caña y el fútbol y al no tener fútbol, se pierde y duele saber que se tiene un estadio de ricos para un pueblo de pobres”

El mismo entrevistado agrega: “nuestro gobernador, amén de que sea un buen o mal gobernador, fue un excelente futbolista, es una persona de futbol que no quiere coronarse con un buen equipo para Zacatepec, y eso resulta inexplicable, para un futbolista de su talla, que sabe que el espectáculo de futbol es una gran empresa, es como si despreciara la corona, por lo menos debería brindar oportunidad a los jóvenes talentosos, aspirar esa situación, es lamentable que sea un desperdicio de inmueble”, remata.

Pandemia, caída económica y sin futbol

Por su cuenta, ahora en tiempo de pandemia, la misma Delegación de la Cámara de Comercio Servicios y Turismo de Zacatepec reconoce que tienen más afiliados que en Jojutla, porque con la actividad de cada quince días, había una reactivación económica directa e indirecta, “…ya se resiente que no hay y no habrá” afirma Talina Robles Galván gerente de la Canaco-Servitur y señala que es muy pronto para saber cuántos negocios van a cerrar o cuántos van a volver a abrir, pues Covid-19, también es un factor de rezago económico.

Para Mario Hernández Director del Deporte en el Municipio de Zacatepec, el estadio a la fecha se encuentra en muy buenas condiciones, pero desconoce a quién le corresponde cubrir los gastos del mantenimiento, los servicios de agua y energía eléctrica: hasta hace poco le dieron la concesión del estadio a los empresarios de “Lobos Zacatepec” un equipo que venía en la en la Liga de Balompié Mexicano (LBM), presidida por Carlos Salcido, a quien le dieron el comodato o la concesión, no sabemos por cuánto tiempo, aunque desafortunadamente no logró radicarse en Zacatepec y no jugaron un solo partido de acuerdo a lo que le refirió el administrador del estadio Gonzalo Farfán .



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