En el numeral 1673 del Catecismo dice: "Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó (Mc 1,25 ss), de él tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar". Es decir, el exorcismo es la invocación que hace la Iglesia, en nombre de Jesucristo y a través de un ministro ordenado, para proteger y ahuyentar al demonio de una persona o cosa.
Los exorcismos se dividen en simples y solemnes. El exorcismo en forma simple tiene lugar en el rito del bautismo. El exorcismo solemne, que sólo puede ser válidamente celebrado por un presbítero designado por el Ordinario del lugar, es el exorcismo propiamente dicho, tiene categoría de sacramental, y se celebra en casos de obsesión o posesión diabólica.
Además, el obispo da permiso al sacerdote para cada caso, quien debe ser una persona ejemplar en su piedad e integridad de vida, y quien también debe estar especialmente calificado por sus conocimientos teológicos y su prudencia ante los conflictos.
Aunque la Conferencia Episcopal de la Santa Sede puede otorgar formalmente a un sacerdote el oficio de exorcista, en este caso, también el padre está facultado para exorcizar y no necesita un permiso particular para cada caso.
Según el Padre Amorth, exorcista de Roma, el poder de expulsar demonios que Jesús confirió a todos los creyentes conserva toda validez, es un poder general basado en la fe y en la oración, y puede ser ejercido por individuos o comunidades sin ninguna autorización.
En algunas Diócesis se cuenta con laicos que han sido preparados para el ministerio de liberación, no exorcismo, bajo la dirección de un sacerdote, pues la liberación es oración para soltar de la opresión del demonio, pero sin utilizar el rito de exorcismo.
LIBERACIONES DEMONÍACAS
En Morelos, el presbítero Antonio Espinoza Machuca, quien falleció el 14 de junio, ejerció el ministerio de exorcista por casi 25 años, tiempo donde sólo realizó tres exorcismos o liberaciones.
En entrevista posterior a la Misa Crismal del Jueves Santo, comentó que en Tlaquiltenango una persona fue consagrada al demonio por su abuela sin tener conocimiento al respecto, por lo cual cuando se liberó no reconoció nada y la familia comenzó a platicarle cuál era el motivo de lo que estaban haciendo.
Años después, un joven fue consagrado al demonio en Estados Unidos, tras invocar de manera personal al Dios Águila, a quien consideraba el Dios verdadero, lo que provocó que tuviera una fuerza descomunal al poder romper con los pies hasta las mesas, mientras que el tercero, era una señora que se desplazaba como víbora en el piso.
El padre destacó que para que el proceso sea exitoso se debe efectuar entre dos y cinco sesiones, hasta que la persona libremente ya confiese su fe y renuncie al pecado (al demonio). Confirmó que jugar la ouija, lápices, u otro tipo de mecanismo para hablar con los muertos ocasiona este tipo de infestaciones.
ENTÉRATE
- El exorcismo es prácticamente ordenarle al demonio que salga del cuerpo de una persona, algo sumamente complicado de lograr; es provocado principalmente por el mismo ciudadano que invoca al demonio.
- Para que el proceso de exorcismo sea exitoso se deben efectuar entre dos a cinco sesiones, hasta que la persona libremente confiese su fe y renuncie al pecado (al demonio).
- Cuando una persona tiene problemas psicológicos, afectivos o patológicos es necesario escucharla primero, porque no todo es cuestión del demonio.
- Dos sacerdotes en Morelos actualmente ejercen, en nombre de la Diócesis de Cuernavaca, los exorcismos: Antonio Arteaga, que se encuentra en Anenecuilco, y Felipe Gutiérrez, en Tetecala.
- El exorcismo es un tratamiento que puede llegar a durar de forma indefinida; incluso hay casos con más de 10 años de posesión.
- Actualmente, el Vaticano se encuentra en busca de exorcistas, labor que no todos desean efectuar, pero que es considerada fundamental en estos tiempos, ante la maldad que existe en el mundo.
