De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), el reparto de candidaturas indígenas por circunscripciones es de uno para la primera, segunda y quinta; cuatro, para la tercera, y dos para la cuarta, pero los partidos políticos no cumplieron esta medida y acomodaron a sus amigos y colaboradores de las dirigencias nacionales. A nivel local el tema también pasó por alto; quienes acapararon los primeros espacios ni son indígenas y no pertenecen a ningún sector vulnerable, algunos tuvieron el descaro de admitir que son de la comunidad LGBTTI y solicitaron cartas de residencia en los pueblos para de esa manera acreditar su supuesto origen étnico.
El órgano electoral hizo énfasis en el tema indígena, por eso acordó que, de las candidaturas en los distritos de mayor proporción de población indígena, de los 21, al menos en 11 las fórmulas tienen que ser conformadas por mujeres.
En la letra el acuerdo es benéfico porque refiere que además deberán presentarse ocho fórmulas para personas con discapacidad permanente (6 de mayoría relativa y 2 de representación proporcional); cuatro para población afromexicana (3 de mayoría relativa y 1 de representación proporcional) y 3 para la comunidad de la diversidad sexual (2 de mayoría relativa y 1 de representación proporcional).
Pero hace hincapié que las todas estas postulaciones de representación proporcional tendrán que estar entre los primeros 10 lugares de cada una de las listas para las cinco circunscripciones en que se divide el país.
En Morelos
El tema, sin embargo, así como a nivel nacional–salvo Morena-, en Morelos a los partidos no les importó, y salvo excepciones se colocaron los dirigentes con sus equipos y colaboradores. El llamado partido del chinelo, o aquel en donde militan ahora varios de los afines al exgobernador Graco Ramírez desde distintas posiciones llevan la delantera.
Y es que en “Morelos Progresa, en los primeros lugares de la lista de candidatos diputados plurinominales colocaron a los dos hermanos exmilitantes del PSD, así como a la esposa de uno de ellos. Se trata de los hermanos Yáñez Moreno, señalados por haber traído a la entidad al hoy gobernador Cuauhtémoc Blanco.
Cabe decir que Julio Yáñez, ha sido ya dos veces candidato a alcalde de Cuernavaca, además excandidato a gobernador por el PSD, pero para lograr su registro en el puesto uno plurinominal dijo provenir de un grupo vulnerable; y se identificó como indígena, porque presentó una constancia expedida por la Ayudantía de Santa María Ahuacatitlán; a pesar de que él vive sobre Paseo del Conquistador. Pero además en la tercera posición de esta lista fue incluido el hermano Roberto Carlos Yáñez, y a decir del órgano electoral en la documentación que presentó expuso ser integrante activo de la comunidad LGBTTI. Pero además en la suplencia de la cuarta candidatura plurinominal se encuentra el nombre de la actual diputada Naida Josefina Díaz Roca, que se describe como originaria de una comunidad indígena y como hizo su familiar, obtuvo su constancia de la ayudantía de Santa María Ahuacatitlán.
Pero el tema no solo ocurrió en ese partido, en el partido reciente denominado FUTURO, el exsenador y exdiputado local del PRD, Fidel Demédisis Hidalgo, también aparece en la posición de privilegio; al ser indígena, dijo que pertenece a la comunidad de Cuentepec, en Temixco.
Algo similar ocurrió en el partido Movimiento Ciudadano, Julio César Solís Serrano, actual dirigente estatal, se asignó la primera posición plurinominal; pero eso no fue todo, su pareja sentimental Karina Arteaga Gutiérrez, que aprovecho haber sido funcionaria del congreso local se otorgó una pensión dorada, pese a eso, su nombre aparece en la suplencia de la plurinominal dos en la lista de ese partido.
De acuerdo con el INE, todos los partidos tendrían que haber contribuido y reservado 45 de las 500 candidaturas para el próximo proceso electoral del Congreso para comunidades vulnerables como la población indígena, con discapacidad, afromexicana y comunidad LGBT+. Pero también es evidente que los órganos electorales solamente se ajustan al papel, aunque los rasgos de estos aspirantes no coinciden con el sector al que dicen pertenecer y eso los delata de manera flagrante, y peor aún estar en el lugar uno, no significa que tengan garantizado llegar al congreso local sin hacer campaña.
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