Con más de 60 años de tradición, el balneario Los Limones se ha convertido en uno de los centros acuáticos predilectos para visitantes, principalmente del Estado de México y Ciudad de México, que buscan no sólo un lugar agradable para estar con la familia, sino también lo frío del agua proveniente del manantial que baja del volcán Popocatepetl.
Este lugar ha sido escenario de múltiples películas, y hoy en día ofrece un espacio de diversión familiar.
Por años, ha sido uno de los balnearios más visitados de Cuautla. Su vegetación, agua e instalaciones hacen a este sitio muy acogedor y sobre todo familiar.
El inmueble fue construido en 1954 en una extensión de 2 hectáreas y con más de 20 árboles de limón.
Ubicado en calle Centinela número 14 en el Centro de Cuautla, su construcción se dio tan sólo una década después de que se edificara el hotel El Vasco, luego de que sus dueños decidieran comprar el terreno que se encontraba a espaladas del mismo, que inicialmente se pensaba para una huerta de limones.
No obstante, se decidió convertirlo en balneario, siendo una extensión del hotel El Vasco, a fin de ofrecer a los huéspedes el ingreso al balneario como parte del servicio.
Así fue que en aquellos primeros años, el balneario y el Hotel eran dos de los principales polos turísticos de Cuautla, y por consiguiente, recibieron a distinguidos visitantes, sobre todo del mundo de la cinematografía mexicana, contó Francisco Arburúa, propietario del lugar.
Evolución
En sus inicios el balneario Los Limones sólo contaba con una alberca principal y dos lagos artificiales, donde llegarían a habitar hasta 50 gansos y diferente fauna acuática como carpas japonesas, flamencos y hasta un pequeño cocodrilo; estos lagos con el paso del tiempo se fueron transformando en albercas ante la demanda de los clientes.
Actualmente la alberca principal cuenta con chapoteadero, área infantil y toboganes, la cual tiene una profundidad que va desde los 60 centímetros hasta llegar a lo más profundo en 2.70 metros; otra alberca cuenta con unos arcos que simulan un acueducto y una profundidad de 1.10 metros, y una más que fue el último de los lagos que se trasformó también en alberca.
Además cuenta con un arroyo de aguas cristalinas, áreas deportivas, estacionamiento y área para acampar, así como asadores para que las familias se reúnan a disfrutar en medio de árboles frutales y palmeras al susurro del agua del manantial.
Aunque el agua que llega a las albercas de Los Limones es del manantial que baja del volcán Popocatépetl y que pasa por el balneario El Almeal, esta no es corrediza por lo que la temperatura del agua es de ambiente, "puede llegar a estar a estar muy fría, pero también templada, es de acuerdo a cómo este el clima", señaló Arburúa.
Nueva normalidad
Tras el cambio el de semáforo epidemiológico a color verde se permitió la apertura de los balnearios con una afluencia al 100%, sin embargo, para quienes se encargan de este lugar, la salud de los visitantes es primero, por lo que se abrió con las medidas de seguridad posibles.
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