Aunque no presenta valores extremos de vulnerabilidad frente al Cambio Climático, en Morelos hay riesgos específicos para el total del agua, el 73% de la biodiversidad, el 97% de los bosques, y los sectores agrícola y ganadero particularmente, según expone el estudio de vulnerabilidad y adaptación a los efectos del cambio climático que preparó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para su Atlas Climático. Pese a que ese conocimiento es público, las acciones de los gobiernos estatal y municipales han sido escasas, poco articuladas y con ello no han permitido la meta de abatir los efectos del cambio climático en la entidad, cuya temperatura se ha elevado en el último lustro alrededor de dos décimas de grado, se ha visto afectado por los cambios en los patrones de lluvias, la constante generación de incendios forestales y ha sufrido la baja en la producción agrícola en la última década.
De acuerdo con el estudio de la UNAM, los efectos del cambio climático amenazan gravemente a por lo menos tres municipios: Huitzilac, Ocuituco y Tlalnepantla, ubicados en la zona norte del estado, pero en general, afectarían de forma alta al 30 por ciento y media al 43 por ciento de la biodiversidad; al sector hidrico en 91 por ciento de forma media y 9 por ciento de forma alta; a los bosques, 21 por ciento de forma alta y 76 por ciento de forma media. En términos de producción agropecuaria, el sector ganadero es altamente 24 por ciento y medianamente 18 por ciento, vulnerable a los efectos; mientras que el sector agropecuario tiene una vulnerabilidad alta de 18 por ciento y media de 79 por ciento. Es decir, los efectos serían desastrosos aunque focalizados en esas áreas aunque faltaría la medición del impacto social y económico que estos efectos ya empiezan a tener en el desarrollo de Morelos.
La falta de estrategias coordinadas y de largo alcance desde los gobiernos estatal, municipales y la sociedad, constituye un problema de grandes dimensiones y complejidad que debe ser abordado desde varias perspectivas, tales como la formulación e instrumentación de políticas públicas, la práctica de acciones gubernamentales, privadas y de las organizaciones de la sociedad civil. La incapacidad de afrontar los efectos negativos del cambio climático, implica exponer a grupos poblacionales a riesgos y peligros de diferente índole, advierte el documento.
Aunque en el 2015 el gobierno del estado concluyó la elaboarción de un plan estatal de acción climática, las acciones tomadas al respecto han sido moderadas y aplazadas, y los municipios carecen en términos generales de planes de mitigación frente al cambio climático, tampoco tienen esquemas de adaptación, ni acciones de prevención de riesgos asociados con los cambios meteorológicos incluidos en sus atlas municipales de riesgo, cuya entrega este año fue extraordinariamente lenta e incompleta.
En los hechos, de los 36 municipios, sólo 14 tienen planes de acción climática, y aunque establecen medidas de reducción de impacto ambiental, sustentabilidad y acciones de mitigación, hasta ahora no han sido cumplidas. En Cuernavaca, por ejemplo, aunque el plan incluye medidas para reducir la contaminación del aire y la generación de gases de efecto invernadero, en los días que van de 2019, 110 se ha reportado una calidad de aire no satisfactoria (con niveles de contaminantes similares a los registrados en la Ciudad de México; y por lo menos en 12 días se reportó que el aire era de alto riesgo para personas sensibles y para toda la población por algunas horas, de acuerdo con las mediciones publicadas por el Instituto Mexicano de Ecología y Cambio Climático.
El problema ha llamado la atención de muchos sectores, pero poco se ha articulado, la norma ambiental de Morelos data de 1988 y apenas a finales de agosto pasado el Congreso del Estado inició foros de análisis para la nueva ley de planeación del estado donde se incluirían las acciones contra el cambio climático. Hay conciencia en el Congreso incluso para recomendar acciones concretas, como el que las flotas vehiculares de los gobiernos sean integradas por unidades de bajas o cero emisiones de carbono; reforzar las acciones de sustentabilidad en edificios públicos, entre otras, sin embargo, estas se siguen considerando sumamente costosas para un estado cuyo presupuesto es mínimo y se dirige primordialmente a los problemas emergentes, como la seguridad pública.
Pese a la ventaja competitiva que tendría Morelos en el desarrollo y explotación de fuentes de energía limpia, como la solar (en Jonacatepec, Axochiapan, Puente de Ixtla, Temixco, Miactalán, Tetecala, Mazatepec y Axochiapan), eólica (en Tlalnepantla, Totolapan, Tetela del Volcán, Tlayacapan y Tepoztlán), derivada de residuos sólidos (en Cuernavaca, Jiutepec y Cuautla), y biogas (en Puente de Ixtla, Tlaquiltenango y Tepalcingo), la apuesta se mantiene en el uso de combustibles fósiles para el transporte público y otros usos. La conversión de unidades de transporte, para la que se han programado 100 millones de pesos en créditos de Nacional Financiera hasta por 450 mil pesos, considera sólo el cambio de diesel a gas, lo que si bien reduce parcialmente la generación de gases de efecto invernadero tiene un impacto mayor que otras formas de energía.
Mientras tanto, el tiempo se acaba y alcanzar las cero emisiones para el 2050, como es el compromiso de México en la cumbre mundial por el cambio climático, parece un objetivo profundamente lejano en un estado dominado por temas urgentes y acostumbrado a aplazar lo realmente importante.
Cambio climático
- Afectaría de forma alta al 30% y media al 43% de la biodiversidad
- 91% al sector hidrico de forma media y 9% de forma alta
- 21% a los bosques de forma alta y 76% de forma media
- 24% al sector ganadero de forma alta y medianamente 18% por ciento
- 18% al sector agropecuario y media de 79%
Mapa
- COLOR ROJO (Huitzilac, Ocuituco y Tlalnepantla): Focos rojos de afectación
- COLOR AMARILLO(Jonacatepec, Axochiapan, Puente de Ixtla, Temixco, Miactalán, Tetecala, Mazatepec y Axochiapan): Municipios competitivos en energía solar
- COLOR AZUL (Tlalnepantla, Totolapan, Tetela del Volcán, Tlayacapan y Tepoztlán): Competitivos con energía eólica
- COLOR GRIS(Cuernavaca, Jiutepec y Cuautla): Producen energía a partir de residuos sólidos
- COLOR VERDE (Puente de Ixtla, Tlaquiltenango y Tepalcingo): Generadores de energía con biogas
