[Especial] Morelos celebra al último emperador azteca en calles y escuelas

La historia reconoce a Cuaúhtemoc como un gran combatiente por la radical defensa que dirigió contra la invasión española

Jessica Arellano | El Sol de Cuernavaca

  · sábado 27 de febrero de 2021

La escultura del emperador Cuauhtémoc la mando a realizar el General López de Nava / Fotos: Haidee Galicia | El Sol de Cuernavaca

El último emperador de los aztecas Cuauhtémoc, nació en Tenochtitlán, coincidiendo con un eclipse solar, lo cual fue considerado un preludio fatal y a quien los sacerdotes le dieron este nombre que significa “águila que desciende”, tuvo una participación destacada tras la llegada de Hernán Cortés, y el conquistador español fue quien acabo con su imperio y su vida.

Cuauhtémoc tuvo una corta y destacada vida, fue hijo y nieto de reyes, nació en la gran Tenochtitlán (hoy Ciudad de México) en 1496, era llamado por los españoles como Guatimocín.

De joven asistió al calmecac, centro de instrucción para los nobles y al cumplir 15 años completó su educación y formación militar en el telpochcali. Destacó como combatiente y tras alcanzar el grado de tlacatécatl lidero los ejércitos de Moctezuma, lo que le valió el mando militar de Tlatelolco.

Por el rango que ocupaba el último tlatoani tuvo una importante participación en los acontecimientos que se vivieron tras la llegada de Hernán Cortés a México; tras la matanza en el Templo Mayor, Cuauhtémoc se sumó a la rebelión contra los invasores.

Tras la muerte de Moctezuma, fue elegido su hermano Cuitláhuac, pero murió días después de viruela, por lo que en septiembre de 1520, los nobles aztecas eligieron como sucesor a Cuauhtémoc.

La historia reconoce a Cuaúhtemoc como un gran combatiente, por llevar una defensa encarnizada contra los españoles, e inclusive se reunió con tarascos y tlaxcaltecas, quienes eran su enemigos, para unirse.

Nada impidió que los españoles tomaran el control en Tenochtitlán, pese el derramamiento de sangre y las destrucción de sus templos, Cuauhtémoc estaba decidió a no rendirse, pero 13 de agosto de 1521, cuando los españoles y sus aliados dieron el asalto final a Tlatelolco, cuando intentaba escapar junto con su familia y altos dignatarios aztecas para continuar la lucha, le cortaron el paso, teniendo que rendirse.

Fue llevado ante Hernán Cortés, el conquistador le ofreció reconocerlo como emperador a cambio de que en lo sucesivo le entregaría el tributo; temiendo que organizara un alzamiento, lo mantuvo prisionero en Coyoacán.

Al día siguiente, el español interrogó al último tlatoani, lo torturo, quemaron manos y pies para hacerlo confesar dónde se encontraba el oro, el cual nunca encontraron.

El último tlatoani fue dejado como señor de Tlatelolco para auxiliar a los españoles en funciones judiciales y administrativas, pero durante una expedición que Cortés emprendió a las Hibueras para combatir a Cristóbal de Olid, se sospechó que planeaba una conspiración, por lo que decidió ahorcarlo en un lugar llamado Izancanaz el 28 de febrero de 1525.

En Cuernavaca existen dos vías de comunicación que llevan su nombre, una calle se encuentra en la colonia el Empleado, y la segunda se ubica en la colonia Chapultepec.

Su presencia en Cuernavaca

El cronista Octavio Senado refiere que no existen antecedentes históricos que refieran que el último emperador azteca hubiera hecho acto de presencia en el valle de Cuauhnáhuac (Cuernavaca), pese que fue un pueblo subyugado por los aztecas, por la triple Alianza.

Señaló que en el caso específico en Cuernavaca existen dos vías de comunicación que llevan su nombre, una calle se encuentra en la colonia el Empleado, dónde se encontraba el hospital Innovamed; y la segunda se ubica en la colonia Chapultepec; y una colonia en el poblado de Ocotepec.

La escultura del emperador Cuauhtémoc la mando a realizar el General López de Nava, y utilizó para adornar el Jardín Morelos, hoy Plaza de Armas General Emiliano Zapata Salazar (Zócalo), junto monumentos de otros personajes como Hidalgo y Morelos.

Posteriormente esta escultura, fue colocada en la entrada de la colonia Estación de Cuernavaca, dónde permaneció años; y en período de gobierno de Manuel Martínez Garrigos colocó una figura de Hernán Cortes en Lomas de Cortes, se suscitó un sin número de reclamos, por lo al final en el lugar se colocó el monumento del último tlatoani y dónde permanece actualmente.

De acuerdo a información de otros personajes publicada hace algunos años, aseguran que en la Capital del estado, existen 35 calles , con su nombre, dos bajo el nombre de Cuauhtemotzin y tres colonias; además de dos escuela públicas.

Tras rendirse Cuauhtémoc expresó a Hernán Cortés: “toma ese puñal que tienes en el cinto y mátame”.

Cuándo era torturado y le quemaban los pies para conocer el paradero del oro, expresó: “Y acaso crees que yo estoy en un lecho de rosas?

Existe controversia en la forma que fue ejecutado, se cree que primero lo decapitó y luego colgó sus restos por los pies desde una ceiba.