Conocí a Óscar Menéndez Zavala en el año de 1996 cuando llegué por primera ocasión a trabajar a este Estado de Morelos en el Centro INAH y en mi deambular por el centro de esta ciudad de Cuernavaca, coincidimos en varias ocasiones en algunos cafés y bares con amigos comunes como José Ramón Corona, Fernando Acosta Araiza “El Negro” y otros compañeros de ocasión, en donde los temas y pláticas siempre circularon en torno a esta su ciudad adoptada de Cuernavaca, el patrimonio cultural, el cine, la fotografía y el quehacer cultural en sus muchas variantes.
Es así que por el gusto y orgullo de la amistad, que se me ha brindado por parte de Óscar Menéndez, es que no me quise quedar en un retiro o silencio para brindar estas palabras, al enorme placer y gusto que me dio acompañarlo a la apertura de la Exposición Temporal intitulada “EL SIGLO XX EN BLANCO Y NEGRO”: Homenaje a Óscar Menéndez que brindó el Museo Morelense de Arte Contemporáneo “Juan Soriano” al realizar una excelente curaduría y montaje en los generosos espacios de ese museo, en donde ofrecen una interesante y fructífera muestra del trabajo fotográfico junto con muestras en vivo de cortometrajes y documentales que de verdad remontan a un México citadino del siglo XX que solo el ojo y la lente de Óscar supieron registrar en esa maravilla del blanco y negro del celuloide y la imagen fotográfica que se imprime con un juego de luces que es para lucirse y mostrarla como esta exposición lo hace.
Sinceramente que bien y enhorabuena para Óscar Menéndez como por aquellos que hicieron posible la visión, planeación organización y montaje de esta exposición temporal que da cuenta de muchos años de trabajo y del recorrer en diversos países y lugares del mundo para traerse en un rollo la diversidad cultural de la humanidad y mostrarse toda junta. Esta exposición temporal del trabajo profesional de Óscar es para conocerla, disfrutarla y saborearla con solo caminar lentamente por varias salas y luego pasar a sentarse y ver una película o corto que nos transporta a “la urbe” que en un tiempo no tan lejano fue la Ciudad de México y salir y ver nuevamente rostros y cuerpos de Mozambique o imaginase estar en la Praga socialista o en un lugar del campo europeo, y recrearse con registros gráficos de la obra de John Spencer que dejó un maravilloso legado en esa obra plasmada en la barda atrial de la Capilla de los Santos Reyes ubicada en el antiguo pueblo histórico de los Santos Reyes en Tetela del Monte, Mor.
Por eso cuando se habla y platica con Óscar los tiempos nos llevan a ese México bronco que él vivió pero que él supo retenerlo en imágenes que transportan los momentos y sentimientos de un antes y un después del 68 y que cuando vemos sus imágenes todas juntas y ubicadas en espacios solemnes no deja uno de pensar en las pláticas rebeldes y libertarias de Óscar, porque en sus películas y en sus fotos está toda su vida llena y completa de los espacios en blanco y negro: Felicitaciones y los homenajes en vida se disfrutan de otra manera, pues la vida sigue y está ahí enfrente.
victor_valencia@inah.gob.mx