Festejan en el asilo

En los asilos de ancianos habitan muchas mujeres que fueron madres y fueron olvidadas por sus hijos

Maritza Cuevas

  · miércoles 9 de mayo de 2018

"Después de la comida especial que hacen en el asilo, mi hija viene por mí para llevarme a algún restaurante o a su casa para pasar el día con ella, mi otra hija y mis nietos; por eso pienso que todavía me quieren", comentó entre risas la señora María de Jesús Gibaja Santos, quien actualmente vive en la casa hogar "Las Palomas".

El 10 de mayo es una fecha muy especial en México, pues se celebra a las mamás, esos seres que nos dieron la vida, aquellas mujeres que con el paso del tiempo luchan día a día por sacarnos adelante. El día de las madres es sin duda un momento especial para agradecerles por todo lo que han hecho por nosotros.

En los asilos de ancianos habitan muchas mujeres que fueron madres y fueron olvidadas por sus hijos o que ya a no cuentan con familia que vea por ellas; sin embargo, todas merecen un alegre festejo en ese día especial y es justo lo que hacen en "Las Palomas" para darles un poco de alegría y recordarles la importancia de una sonrisa.

"Generalmente les hacemos una comida especial y viene gente a visitarlos ese día, les traen regalos o algún pastel para compartir entre todos; también traemos música porque les alegra mucho. Durante el festejo se les puede ver sonrientes y muy contentos", expresó María de los Ángeles López, directora del asilo.

Asimismo, agregó que "sus familiares realmente las visitan poco el mero día, pues suelen venir el fin de semana o un día antes, porque cada quien tiene sus ocupaciones e incluso hay ancianas que ya no tienen familiares que vean por ellas, por eso buscamos darles un festejo cálido y bonito donde se sientan muy felices".

Desde hace 10 años, María de Jesús vive en el asilo y es una de las más alegres, siempre con una gran sonrisa que contagia a todos. Sus pasatiempos favoritos son tejer y los juegos de mesa, como las damas chinas, el dominó y la lotería.

"Mi juego favorito son las damas chinas, aquí con mis compañeros siempre jugamos, a veces gano pero más que una competencia, lo importante es divertirnos para no estar aburridos o perdiendo el tiempo (risas)", señaló María de Jesús.

Entre la charla, María de Jesús menciona que le gusta tejer bufandas y chalinas, pero debido a un derrame cerebral que sufrió debe hacerlo únicamente con la mano izquierda. "Aunque no hubiera querido me volví zurda (dice sonriendo), pues debido al derrame no puedo mover una parte de mi cuerpo".

Cada mañana, al abrir los ojos, María de Jesús le da gracias a Dios por un día más de vida, "el día que él me quiera llevar estará bien, ya habré hecho lo que tenía que hacer en vida; ya crié a mis hijas que sólo son dos y cada quien tiene su camino; me vinieron a meter aquí, pero está bien, dicen que no me podían cuidar y les digo que muchas gracias. Vienen cuando les da la gana digo yo, pero es bueno saber que se acuerdan de mí. A veces llaman por teléfono y me mandan traer en un taxi; yo agradezco que mi cabeza aún funciona bien, pues me doy cuenta del camino y reconozco aún la ciudad", agregó.

En el asilo, las personas reciben buenas atenciones y siempre tienen alguna actividad como clases de baile que disfrutan mucho, leer, ver la televisión y, especialmente, el buen trato de la gente que acude a compartir tiempo con ellos, ya sea para jugar o simplemente platicar.

"Hay que acordarnos de nuestras mamás todos los días, no sólo el 10 de mayo. Si la mamá ya es una abuelita también hay que acordarnos de ella y hacerles pasar un día especial", enfatizó.


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