Al gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, le gana “el temperamento”, y eso evita que la verdadera cordialidad se dé con el municipio de Cuernavaca, lamentó el presidente municipal José Luis Urióstegui Salgado. Al responder sobre el llamado a la “reconciliación” por parte del gobernador del estado, el edil sostuvo que está abierto a tener una buena relación y trabajar en favor de la capital.
“Hemos tratado de llevar una relación institucional que no avanza hacia la cordialidad, no por nosotros pero hay actividades que conjuntamente realizamos para beneficio de Cuernavaca, y eso es un buen principio”.
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El llamado no basta, dijo el edil, si el gobernador no muestra más “afecto” por la capital. Además de sus colaboradores que resultan ser un factor determinante entre ambas partes, considerando la importancia de la capital, que tiene mayor número de habitantes y por ende la mayor demanda de servicios.
El alcalde opinó lo siguiente: “hemos dado pasos para un encuentro de conciliación y apoyo que no siempre cristaliza en esos objetivos porque el gobernador, me parece que a veces se deja llevar un poco por el temperamento”.
La negativa de incorporarse al Mando Coordinado no es detonante para una pobre relación entre el Ejecutivo y la capital, pues recordó, que en su momento tampoco la hubo con el ex gobernador Graco Ramírez o con el alcalde Antonio Villalobos.
Con Blanco Bravo existen temas en común, uno de ellos es la deuda de más de mil millones de pesos que tiene el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC), con la Comisión Federal de Electricidad, y el Servicio de Administración Tributaria; misma a la que Blanco contribuyó.
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