Aunque tiene un origen trágico, como tradición en México resultaba divertido, cómico e incluso obligatorio someterse a ese juego no escrito. Como otras costumbres sociales, el avance tecnológico ha ido acabando con la fecha de los Santos Inocentes. Aunque no a todos agradaba, era común caer de forma sorpresiva ante la frase: “¡Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar!”.
Y es que, de acuerdo a las diversas expresiones, el Día de los Santos Inocentes es la conmemoración de un episodio del cristianismo donde se relata la matanza de los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), ordenada por el rey Herodes con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.
Si bien la fecha no es muy agradable dentro de lo que relata la Biblia, con el paso de los años el evento sangriento se fue tornando por el lado gracioso o amable, si se puede decir que esa parte terrible de la historia bíblica lo tiene.
Por el hecho de que al final el promotor de ese episodio no logró su cometido y fue engañado, las sociedades posteriores modificaron poco a poco el momento y se decidió practicar algunas bromas con la idea de engañar a alguien de manera inofensiva. “Todo esto, con el objetivo de tomar a alguien como ingenuo, como los sabios de oriente lo hicieron con Herodes al ya no regresar para decirle dónde estaba el niño Jesús”, se dice en los análisis que se hacen de esta fecha.
Por lo tanto, al paso de los años esta forma de bromear en el 28 de diciembre, reconocida como el Día de los Santos Inocentes, se reprodujo en los medios de comunicación, sobre todo escritos, en donde mediante la creatividad se publicaba una primera plana “engañosa” con notas ingeniosas, creativas y algunas exageradas, quienes no se acordaban de la fecha caían frecuentemente en el garlito de creer la información y compraban, por “las notas amarillistas”, la edición de ese día.
Sin embargo, como otras tradiciones sociales, el avance tecnológico fue acabando con esta forma de “bromear”, sobre todo tras la aparición de los “fake news”, “Fake Converstacions” o “FakeWhats”. Esta serie de apps y la forma reiterada en que difunden noticias falsas por todas las plataformas ha propiciado que las bromas hoy en día no sean ni graciosas ni creíbles, y para los medios de comunicación puede resultar contraproducente.
Hasta hace algunos años era divertido después de hacer la broma pedir dinero prestado, alguna prenda y expresar algo que no es lo normal.
Algunas de las bromas más comunes eran pegar un monigote de papel en la espalda o dar un susto. Sencillo pero eficaz después de esconderte. Cambiar el azúcar por la sal. Cambiar la hora del reloj. Palillo en el timbre. Puertas atadas. Crema en la toalla. En México la más común era pedir prestado.
En la actualidad, algunos han tratado de olvidar las bromas pesadas o aquellas portadas espectaculares y sorpresivas que al final terminaban en una sonrisa o carcajada, ahora las sugerencias es que las bromas se hagan por WhatsApp o por redes sociales, como el de simular que el teléfono se te perdió y está en manos de otra persona, hacer una declaración de amor a quién menos lo espera incluso con video y audio, avisar sorpresivamente a tu pareja que estás embarazada, hacer llamadas “fake” por WhatsApp, entre algunas otras.
Pero lo cierto es que en el Día de los Santos Inocentes cada vez hay menos bromas divertidas, graciosas y simpáticas, porque el mundo parece que cada día le interesa reír menos.
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