La pandemia por Covid-19 en Cuernavaca ha dejado no solo personas contagiadas y fallecidas, sino que agudizó que la crisis administrada por anteriores gobiernos, ocasionando que reventara en las manos del hoy presidente municipal, Antonio Villalobos Adán, quien hace poco reconoció que había dificultades para atender diversos compromisos, entre ellos garantizar la funcionalidad de los servicios públicos como el de recolección de residuos y de agua en las colonias.
Bastaron 25 años para que la ciudad cayera en un largo bache económico. En éstos, la ciudad ha sido gobernada por cuatro administraciones del Partido Acción Nacional (PAN) y sus tres respectivos interinatos en 2000, 2006 y 2009; le antecedieron tres de origen priísta con dos suplencias, 1997 y 2012; una lograda por el Partido Social Demócrata (PSD), con un interinato.
En este tiempo, la capital atravesó por varios flagelos, desde la inseguridad que trajo consigo la reubicación en los primeros lugares de secuestro y extorsión, de acuerdo con el secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad y la organización Alto al secuestro.
Además de asaltos, balaceras y feminicidios, la caída de la oferta turística, las alertas de viaje emitidas por el gobierno de Estados Unidos que generaron el cierre de un importante número de escuelas de español para extranjeros, mismas que siguen si recuperarse desde el 2008, reconoció Carlos Brito empresario de una de ellas: “antes teníamos grupos de 40 a 60, hoy cuando muy bien nos va son grupos de 20 personas”, comparte.
El ex presidente Manuel Martínez Garrigos, solicitó un crédito de más de 2 mil 550 millones de pesos, avalado por el entonces Congreso del estado, para obras como el Distribuidor Vial Buena Vista, la colocación del concreto hidráulico de la avenida Morelos Sur y las obras en el Recinto Ferial de Acapantzingo; sumado a la demanda de la empresa PASA y el fraude las luminarias.
Y una segunda administración, de Cuauhtémoc Blanco Bravo volvió a endeudar a la ciudad por 300 millones de pesos; en ese inter a Jorge Morales Barud, le tocó tratar de sacar a flote a la capital, pues al asumir el cargo el 1 de enero de 2013, el ixtleco y exgobernador, confirmó el dato que ya había manejado su equipo encargado de la recepción del gobierno municipal.
La herencia maldita de Martínez Garrigós
Con Jorge Morales Barud, la deuda de la ciudad ascendía a 2 mil 544 millones de pesos, la cual, durante este trienio, se redujo a mil 215 millones 517 mil pesos; la cantidad solventada por la gestión 2012-2015 fue de mil 328 millones 691mil pesos, a costa de que su administración fuera considerada como gris, pues no hubo ni obra pública ni proyectos sociales en aras de paliar la deuda.
En su tercer informe de la administración de la ciudad, Jorge Morales confirmó que se habían pagado más de mil 300 millones de pesos de deuda pública heredada, mediante una drástica racionalidad y disciplina financiera por la que transitó su gestión.
Los bancos y montos de la deuda municipal de entonces, se desglosan en porcentajes, como sigue: Banco del Bajío el 48 por ciento. Banorte el 6 por ciento. Banca Mifel 24 por ciento. El 22 por ciento restante de las participaciones se distribuía en diversos conceptos entre los que destacan: 78 millones 812 mil pesos aún adeudados al gobierno del estado derivado del adelanto de Participaciones. 498 millones 446 mil pesos por concepto de la demanda del Ayuntamiento contra la empresa PASA, concesionaria del servicio de recolección de basura, a la cual, en la pasada administración (de Martínez Garrigós) le retiró la prestación de servicio sin rescatar o revocar la concesión y cuyo pago fue sujeto a determinación judicial.
Además de lo anterior, persistía una deuda de 24 millones 604 mil pesos al Instituto de Crédito para los Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (ICTSGEM) por las aportaciones no enteradas durante la pasada gestión.
En Blanco, el gobierno de Cuauhtémoc
En su paso por el “Papagayo”, el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco, la situación financiera de la capital de Morelos se mantuvo en números rojos, endeudando una vez más al municipio.
El secretario de finanzas de los gobernadores panistas Sergio Estrada y Marco Adame, contrató una deuda por un monto de mil 300 millones de pesos, cuyos compromisos de pago aun pesan en los saldos financieros de la administración 2019-2021 y sin que se viera en qué se aplicó el nuevo empréstito.
Con el Factor Garrigós, las deudas conjuntas de éste y de la administración de Blanco conducida por Alejandro Villarreal Gasca, conformaron una explosiva mezcla para el gobierno de Antonio Villalobos, cuyo detonante fue el cierre de las actividades económicas y el confinamiento obligados por la pandemia de marzo a julio.
Cinco meses que significaron, no la quiebra financiera de la ciudad, pero sí en cambio, el estancamiento de la economía municipal, reflejada en las dificultades de la administración del actual alcalde Antonio Villalobos, para el sostenimiento de los servicios públicos y el pago a trabajadores.
Gordura sindical
Principalmente en los gobiernos panistas de Sergio Estrada Cajigal Ramírez/Óscar Sergio Hernández Benítez; José Raúl Hernández Ávila; Adrián Rivera Pérez/Norma Alicia Popoca Sotelo; y Jesús Giles Sánchez/Roque González Cerezo; se dio un importante incremento en la nómina del Ayuntamiento y el incremento de sindicatos adheridos al aparato de gobierno municipal.
En el trienio de Alfonso Sandoval Camuñas (1994-1997) existían solo dos agrupaciones en el Ayuntamiento: el Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento y el Sindicato de Trabajadores del mercado Adolfo López Mateos; en las siguientes cinco administraciones, es decir, en 15 años de 1997 y 2012, se crearon los tres sindicatos restantes, más que como necesidad labora, como estrategia política para aglutinar adeptos.
Y habría que añadir a la Asociación de Jubilados, Pensionados e Incapacitados Permanentes de Servidores Públicos (JUPEIN) A.C., de Ángeles Franco Pacheco. Con un total de 1,621 personas que cobran su nómina y prestaciones en el Ayuntamiento.
El gobierno de la capital de Morelos, en la época albiazul, “engordó la nómina con familiares, amigos, militantes del partido y recomendados de los alcaldes, funcionarios del gabinete y regidores, hasta llegar a los mil 600 trabajadores en los años dos mil”, a comparación de los 800 que laboraban, por ejemplo, en el trienio priista de Luis Flores Ruiz (1991-1994). Todo ello sin contar las jubilaciones y pensiones doradas, autorizadas a altos funcionarios. Se gobernaba con visión empresarial, otorgando bonos por productividad y privatizando servicios vía costosas concesiones. De la “Sagrada Familia”, se pasó a “El Rebaño Sagrado”.
La situación actual de las finanzas en Cuernavaca
El crecimiento exponencial de la nómina del Ayuntamiento de Cuernavaca, alcanza hoy el 30 por ciento de incremento calculando que esto ocurrió desde el trienio 1997-2000; durante la pandemia el municipio mandó a confinamiento al 70 por ciento de sus trabajadores que suman más de 4 mil lo que demuestre que lo “abultado” de la nómina no significa una eficacia en la operatividad.
De acuerdo al mismo municipio el promedio de edad de los trabajadores en activo de la comuna es de 51 años, significando que en cuatro años más al menos un 50 por ciento de los empleados podrán iniciar su trámite para una jubilación, convirtiendo el tema en un “reto mayúsculo” para la comuna.
“El monto de la nómina de la segunda quincena de julio fue de 21 millones, 785 mil 960 pesos por los 4 mil 062 trabajadores registrados en el municipio; el 32% son Jubilados, Pensionados o Incapacitados (JPI), igual a 1,235 personas; un 30% son sindicalizados, es decir, 1,177 personas; el 28% son personal de confianza, 551 personas; y el resto (el 30 por ciento) son personal eventual, de base, transferidos y del área de seguridad, es decir, 1,099 personas”.
Las deudas pesan
De mil 300 millones de presupuesto anual del Ayuntamiento de Cuernavaca, 800 Millones (65 por ciento) se destina a la nómina, 390 millones se van a gasto corriente (29 por ciento), 115 millones van a pago de créditos bancarios heredados, 85 millones quedan para obra y servicios.
“Se adeudan 120 millones de pesos ante el al Instituto de Crédito para los Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado (ICTSGEM), por que los gobiernos anteriores no pagaron lo descontado a los trabajadores, quienes no pueden acceder a los servicios que este presta”
Sumados a los “111 millones de pesos a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por no haber hecho los pagos en el suministro de energía eléctrica, lo que constantemente provoca que los pozos de agua de SAPÄC dejen de operar, con el consiguiente desabasto de agua a usurarios, que en su mayoría pagaron el servicio”.
Las deudas que sostiene con la banca como Ban Bajío, Banorte Banca Mifel, significan para Cuernavaca el 53 por ciento de las participaciones federales no lleguen; los plazos contratados concluirán en el año 2023 y hasta el 2025 con el primer banco antes mencionado.
En contraparte, la recaudación para contar con recursos propios ha bajado un 37 por ciento, pues los ciudadanos no cuentan con recursos para pagar: impuesto predial, servicios públicos municipales, licencias de funcionamiento, refrendos, permisos, conceptos derivados de inspecciones de protección civil.
NUMERALIA:
30%
De incremento alcanza hoy el crecimiento exponencial de la nómina del Ayuntamiento de Cuernavaca, calculando que esto ocurrió desde el trienio 1997-2000
LOS GOBIERNOS
la ciudad ha sido gobernada por cuatro administraciones del PAN y sus tres respectivos interinatos en 2000, 2006 y 2009; le antecedieron tres de origen priísta con dos suplencias, 1997 y 2012; una lograda por PSD, con un interinato
Te recomendamos el podcast ⬇️