Contrario a lo que pareciera un incremento en el consumo de los ciudadanos en el primer cuadro de la ciudad de Cuernavaca, los comerciantes establecidos reportan a penas un 10 por ciento más de ventas durante este fin de semana previo a la Navidad, por lo que se muestran preocupados ante la posibilidad de que Morelos regrese al semáforo rojo tal como ya ocurrió en estados vecinos.
“Incrementó la movilidad hasta en más de un 60 y hasta un 80 por ciento, pero no así las ventas que apenas aumentaron el 10 por ciento; es verdad, están comprando pero es más la preocupación que tenemos ante la posibilidad de que los contagios aumenten; estamos contentos porque podemos recuperarnos un poco pero también muy preocupados”, dijo Eduardo Peimbert Ortíz, Presidente de la Asociación de Comerciantes Establecidos Pro Centro Histórico de Cuernavaca.
Los más de 10 mil establecimientos ubicados en el corazón de Cuernavaca reportaron que con motivo de las compras navideñas, las ventas han aumentado un poco, sobre todo aquellos comercios dedicados a la juguetería, ropa, calzado, entre otras.
“Este año hay menos ventas de regalos, la gente piensa mas en comprar cosas útiles, y eso es bueno, pero sí nos preocupa mucho y vuelvo a recalcar: estamos dispuestos a poner todo lo que esté de nuestra parte para no llegar al semáforo rojo; estamos iniciando las ventas con miedo, no con tanto optimismo, y con el temor de llegar al rojo”.
—¿No le da miedo contagiarse de Covid-19?
—Sí, pero vengo de escolta, acompaño a mi familia a hacer las compras navideñas —responde Armando, quien se encuentra formado para acceder a una tienda de ropa de la calle Guerrero en donde la multitud se avalancha de un lado a otro.
Mientras, una mujer de la tercera edad espera a su nieta afuera de la tienda:
—¿Señora, no tiene miedo a contagiarse? —Pregunté.
—Sí, pero traigo mi cubre bocas y mi gel antibacterial, la acompañé de rápido.
Por otro lado, al no instalarse el tianguis navideño que cada año comerciantes ambulantes colocan sobre la calle Guerrero, les ofreció el beneficio de una competencia leal, pero se mantienen atentos ante la posibilidad de que finalmente se instalen en las próximas horas pese al acordonamiento.
“Los comerciantes establecidos que pagamos impuestos tenemos miedo aún de que la autoridad vaya a flaquear, quiero decir que deben estar pendientes de que se cumplan las normas al cien por ciento”.
Cerrar pese al temor no es una opción, pues los negocios que están a punto de cerrar definitivamente, tienen la confianza de ser rescatados por el movimiento que se da en la economía durante estos días, pero tampoco extenderán horarios y cerrarán el próximo 25 de diciembre como cada año.
“Definitivamente respetaremos el 25 de diciembre y el 1 de enero, algunos dependiendo del ramo, por ejemplo restaurantes que suelen tener buena clientela, que representaría por mucho el 10 por ciento, cuando mucho, pero lo dudo”.
No fue lo que esperaban
El primer fin de semana una vez iniciado el periodo vacacional decembrino no pintó muy bien para la industria de restaurantes en el estado, pues aunque por algunas horas alcanzaron el 50 por ciento de la ocupación máxima permitida, había momentos en que los lugares lucían vacíos; preocupados ante la posible llegada de vecinos de la Ciudad de México y Estado de México, decidieron reforzar sus protocolos sanitarios ya que aun cuando requieren de la entrada de recursos también les preocupa infectarse de Covid-19.
La Presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) de Morelos, Griselda Hurtado Calderón, dijo que si bien no pueden negarles el servicio a comensales que vienen de entidades con semáforo rojo, exigirán que cumplan con las medidas sanitarias.
“Para este primer fin de semana de vacaciones vamos muy lentos, a diferencia de centros comerciales y supermercados en donde están abarrotados y muchas veces sin cumplir las medidas, nosotros estamos vacíos; ahora estamos con una ocupación en promedio del 20 por ciento, pero nuestras ventas para llevar a un 30 por ciento”.
La toma de temperatura, la aplicación de gel antibacterial en los accesos a los restaurantes, así como la distancia entre una mesa y otra, son parte de los protocolos que los restauranteros han asumido meses atrás pero que han tratado de reforzar para este periodo vacacional decembrino.
“Consideramos que debió haber mayor control hacia la movilidad, como por ejemplo el Hoy No Circula que aplicara en lo general, pero creo que las medidas tomadas en la Ciudad de México y el Estado de México son hipócritas y sólo paliativos que no controlarán ni la movilidad, ni la pandemia”.
Por otro lado, los pedidos para venta de cenas navideñas están a penas en un 30 por ciento, refiere Griselda Hurtado, pues aun cuando ofertan paquetes completos y a precios accesibles es poca la gente que ha hecho su pedido con anticipación por lo que esperan que esto mejore antes de la noche del 24 de diciembre.
“Van muy lento los pedidos para las cenas de Navidad y Año Nuevo; somos 130 restaurantes afiliados, éramos 150 y cerraron ya 20 en la primer etapa de la crisis y si esto sigue así van a cerrar más restaurantes, no aguantarán, tenemos deudas y rentas atrasadas”.
Por último llamó a la población a la conciencia; “Morelos está abierto, pero sí pedirles que tengan todos sus protocolos, son bienvenidos pero es complejo y preocupante que pasemos al rojo en el estado”.
Ni el virus impide compras navideñas
A tres días de Navidad y pese a las restricciones y las condiciones sanitarias derivadas de la pandemia, en el Paso Exprés -principal vía del norte del país a Morelos, Guerrero y estados colindantes- no se observabó una importante afluencia vehicular, sin embargo, desde temprana hora este fin de semana decenas de clientes arribaron a centros comerciales de la capital del estado para adquirir regalos o degustar una comida, principalmente.
A pesar de que Morelos se encuentra en el pico más alto de contagios y decesos por Covid-19, las autoridades sanitarias federales decidieron que permanecerá otras dos semanas en color naranja del semáforo de riesgo epidemiológico, justo las dos semanas que incluyen los festejos por Navidad y Año Nuevo, esto dio pauta a que los centros comerciales estuvieran abarrotados de gente, si bien en la entrada de las plazas revisan la temperatura y piden el uso de gel antibacterial, así como del cubrebocas -que es obligatorio en cada tienda-, la aglomeración de consumidores no se hizo esperar.
En uno de los centros comerciales de reciente creación ubicado sobre la autopista México-Cuernavaca, tanta era la intención de la gente de acceder que a medio día en uno de los accesos al estacionamiento tuvieron que bajar las cortinas hasta que se liberara la presencia de consumidores, requiriendo cumplir con un aforo del 25 por ciento conforme a lo establecido en el periódico oficial Tierra y Libertad. Esta situación se repitió durante el fin de semana a lo largo del día pero en diferentes horarios.
Entre los consumidores que abarcaban niños pequeños hasta personas de la tercera edad, se podía observar que muchos provenían de la Ciudad de México y el Estado de México, entidades que actualmente regresaron a color rojo en el semáforo de riesgo epidemiológico.
Dulce Huicochea Durán, oriunda de Toluca, Estado de México, aseveró que al retroceder su entidad en el semáforo, no tuvo otra opción más que hacer sus compras en Cuernavaca y de último momento; refirió que pasaría las fiestas en el estado junto con sus familiares más cercanos.
“En un primer momento pensaba pasar las fiestas en el Estado de México, pero como un acuerdo familiar decidimos pasarlo en Cuernavaca, nos cuidaremos, no saldremos, solo para lo indispensable. Y sí, la compra de regalos es indispensable”.
A partir del 19 de diciembre y hasta el 10 de enero se hizo oficial que la zona metropolitana del centro del país volvería al estado máximo de riesgo, con ello las actividades consideradas no esenciales cerrarían sus puertas nuevamente, entre ellos centros y plazas comerciales.
Cabe mencionar que en redes sociales se viralizaron diversas fotografías de largas filas de ciudadanos que esperaban en el estacionamiento de una plaza comercial en Cuernavaca para poder accesar.
Con información de Susana Paredes