Insuficientes, acciones para atacar la pobreza

La pandemia por la Covid-19, aunado al cambio de gobierno, incrementaron la marginación en el estado

Katy Cárdenas | El Sol de Cuernavaca

  · lunes 26 de diciembre de 2022

Cerca de medio millón de personas vive con carencia alimentaria, pero estas casi 10 mil familias han podido tener acceso al Banco de Alimentos de Morelos. / Agustín Espinoza | El Sol de Cuernavaca

El cumplimiento de la Agenda 2030 se ha convertido “en una ilusión”, coinciden expertos consultados. La pandemia por la Covid-19 pudo haber agudizado las condiciones de pobreza, salud y bienestar en la entidad; además, la llegada de la Cuatroté contribuyó a la regresión que tuvieron los objetivos a partir de la eliminación de programas sociales como Prospera y Seguro Popular.

En Morelos, el porcentaje de personas pobres ha crecido de manera importante, así como de quienes se encuentran en pobreza extrema. Según el cumplimiento de los indicadores de la Agenda 2030 en su portal, lejos de erradicar la pobreza, se ha incrementado en los últimos años, pues mientras en 2016 el 0.4 por ciento de la población tenía un ingreso económico por debajo del umbral internacional, para 2020 el porcentaje se elevó al 2.7 por ciento; es decir, 2.3 por ciento más en un lapso de 4 años.

En 2008 el 52 por ciento de la población morelense tenía un ingreso inferior a la media nacional, pero para 2018 el porcentaje alcanzó el 56.6 por ciento, destacó el antropólogo e investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Emanuel Orozco Núñez.

Recién inició la pandemia el Coneval presentó su informe sobre la pobreza a nivel nacional y en los estados. Para el 2020, según las cifras, el estado tenía que el 50.9 por ciento de la población estaba en algún nivel de pobreza, es decir, carecía de algún servicio público como agua potable, drenaje, o tenía un ingreso inferior al promedio.

Porcentaje que significó un incremento del 2.4 por ciento, ya que en la medición anterior, que fue en 2018, la entidad tenía un porcentaje del 48.5 por ciento. En cuanto a pobreza extrema, la cosa no cambió, pasó en 2018 de tener al 6.2 por ciento de la población en esta condición, a tener el 8.4 por ciento, es decir, 2.2 por ciento de la población pasó de ser pobre a extremadamente pobre.

Asimismo, el 24.6 por ciento de la población no tiene seguridad alimentaria, señala la medición del cumplimiento de la Agenda 2030, creciendo un punto porcentual en los últimos años.

Tan solo en Cuernavaca son más de 100 mil personas en pobreza y casi 14 mil personas en extrema pobreza; el caso de Jiutepec son más de 64 mil personas en pobreza, y 9 mil 800 en extrema pobreza; para Cuautla la cifra es de poco más de 72 mil personas en pobreza, y 13 mil 40 en grado extremo, de acuerdo al propio Coneval.

A decir del exdelegado de la Secretaría de Desarrollo Social, ahora Secretaría del Bienestar, Jorge Meade Ocaranza, el cumplimiento de dichos objetivos se han convertido “en una ilusión”, pues los pobres cada vez son más pobres, y los que no habían entrado a esta clasificación lo hicieron tras la pandemia.

“Antes los programas sociales se asignaban con reglas de operación, desde que entró esta administración federal esas reglas desaparecieron, no hubo ninguna justificación solo dijo que había corrupción, pero no quedaron claros los señalamientos; ahora el padrón es a discreción porque nadie los audita; no sabemos si están llegando a gente que de verdad lo necesita. Hoy hay más presupuesto, pero hay más pobreza, la pobreza extrema aumentó, la clase media se está empobreciendo y los pobres siguen igual”, refirió.

Con la llegada de la actual administración federal se desaparecieron programas sociales como el 3x1 Migrantes, donde los connacionales podían aportar fondos para el desarrollo de sus comunidades junto a las autoridades; también las Estancias Infantiles, Escuelas de Tiempo Completo que operaba en zonas muy pobres.

Prospera también desapareció, aunque en sus 5 indicadores la brecha de desigualdad se había reducido como el hecho de que en las viviendas se tenía agua potable, piso firme, drenaje; “ahora la pandemia es una justificación”.

Dicho programa obligaba a los padres de familia a llevar a sus menores a vacunar, y a una consulta regular, sobre todo cuando se había detectado a un importante número de ellos con potencial a padecer diabetes en una edad de 5 a 11 años.

“Las estancias infantiles estaban enfocadas a las madres jefas de familia que trabajan, que para el caso de Morelos más del 40 por ciento están en este supuesto, y antes podían trabajar o estudiar mientras tenía donde dejar a sus hijos, quienes tenían garantizada la alimentación”.

Sobre la creación de la pensión universal que se dio en 2013, reconoce que ha habido un crecimiento pues en la anterior administración había 7 millones de adultos mayores con el beneficio a nivel nacional, pero lamenta que este programa se ha politizado y usado como un “botín, brazo electoral del partido en el poder. Ha habido un adoctrinamiento con el adulto mayor”.

En ese entonces eran 110 mil adultos mayores beneficiarios, actualmente el padrón ha crecido en 70 mil de ellos.

En el caso de los programas sociales implementados desde el estado, recordó que la administración de Cuauhtémoc Blanco Bravo eliminó la Beca Salario y el de Jefas de Familia, que se sumaban a los apoyos federales; “el Estado no pone un peso en programas sociales”.

En respuesta, la Secretaría del Bienestar en el estado señala que casi una cuarta parte de la población morelense es beneficiaria de algún programa social: poco más de 180 mil adultos mayores tiene pensión universal, más de 150 mil niños y jóvenes, tiene becas económicas, así como mujeres madres solteras y personas con discapacidad que reciben un apoyo.

Pandemia triplicó falta de alimentos

El 75.3 por ciento de los morelenses vive en estado de vulnerabilidad, pues la emergencia sanitaria y la crisis económica derivada de la misma triplicó la carencia alimentaria.

En septiembre pasado, María Elena González Navarro, fundadora y presidenta del Consejo de Banco de Alimentos de Morelos, destacó que la pobreza ha ido en aumento en el país y eso genera más personas con carencia alimentaria en virtud de que el poco dinero que tienen ya no les alcanza.

Pidió hacer un esfuerzo colectivo para reducir el dolor y sufrimiento humano que produce el hambre debido a que en México de cada cuatro personas una padece carencia alimentaria.

“Los otros tres que no estamos en esa situación podemos ayudar y hay mil maneras. Debemos priorizar el derecho a comer, pues está en la Constitución”.

El vicepresidente del Consejo, Antonio Sandoval Tajonar, aseguró que cerca de medio millón de personas vive con carencia alimentaria, pero estas casi 10 mil familias han podido acceder al derecho fundamentas gracias al trabajo humanitario del Banco de Alimentos en Morelos. /Con información de Jessica Arellano



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