La celebración de La Virgen de la Candelaria y el Niño Dios

Una tradición que sobrevive con devoción y fe al sismo y la pandemia

Angelina Albarrán | El Sol de Cuernavaca

  · martes 1 de febrero de 2022

Angelina Albarrán | El Sol de Cuernavaca

Mantienen con devoción y fe la tradicional celebración de vestir para presentar en la iglesia a los “Niños Dios”, como parte de la celebración a la Virgen de la Candelaria. En los mercados y parques podemos encontrar a los comerciantes que año con año visten, arreglan estas imágenes en la víspera de la tradicional celebración que se da al cumplirse los 40 días de la navidad.

En la víspera de la celebración del Dos de Febrero, día que de acuerdo a la iglesia católica se cumplen los 40 días del nacimiento del niño Jesús, y su madre la virgen María se presenta en el templo para su purificación y enciende las velas o candelas, por lo que a este momento se le conoce como la evocación de la “Virgen de la Candelaria”.

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Y en las familias católicas es justo en la cuarentena cuando levantan del nacimiento al niño Dios y para presentarlo en la iglesia, le compran traje nuevo, y en los mercados hay siempre quien se dedica a la venta, arreglo y preparación de los niños Dios, los precios de los trajes, varían de acuerdo al tamaño, la calidad de las telas, los bordados y accesorios.

Es también la fecha en la que los que se sacaron un “niño” en la rosca de reyes, les toca dar los tamales, situación que en medio del sincretismo religioso tiene que ver con el inicio de las actividades agrícolas, por lo que la fecha es toda una celebración que a raíz de la pandemia se ha restringido y “caído” reconocen los comerciantes.

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De esta singular celebración nos habló Georgina Quiroz Alemán, quien con 35 años en la venta de trajes y preparación de los niños Dios, nos comparte gratas experiencias como la tradición de arreglar al niño Dios de la Iglesia de Alpuyeca, que es de madera y tiene más de 120 años y el año pasado como no estuvo, no lo arreglo. Reconoce que muchos niños a consecuencia de la pandemia, se quedaron solos, por lo que recomendó a los hijos, sobrinos, hermanos de esas familias que los regalen o los adopten; “todos los niños hacen milagros, pero necesitan ser queridos”.

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Y un ejemplo de lo milagroso que son es ella, nos dice al señalar al niño Dios que tiene en su local, que se lo regalo una familia que cambio de religión, y al que se ha encomendado todos los días, especialmente cuando hace 20 años la operaron de un cáncer en los pulmones y el seno, y durante 5 años estuvo con duro tratamiento de quimioterapia, “me cure, quede limpia del cáncer y aquí estoy gracias a Dios.

A este local llegó don José, vecino de Huatecalco del municipio de Tlaltizapán, quien llevó a vestir a su niño, con la ropa de “San Judas Tadeo”, y con lágrimas en los hijos nos comenta que este “Niño Dios” se lo regalo su madre, y a ella se lo regalo su padre, por lo que ya son tres generaciones en su familia y año con año cumple con arreglarlo para llevarlo a bendecir.

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Rocío Hernández Quiroz Cómo comerciante del mercado de Zacatepec, rechaza que pese a que el año pasado y este año las ventas de ropa y accesorios para los niño Dios cayeron, descarta que esté en peligro de perderse la tradición de vestir y presentar a los niños Dios, porque todavía puedo ver qué hay mucha fe en los corazones.

Recordó que se han pasado tiempos muy duros como el terremoto del 2017 y estamos pasando por la pandemia y la gente se aferra a la fe, y mucha gente cree en el milagro del niño Dios y muchas otras quieren cree en algo y se aferran a la fe de sus madres, abuelos quienes año con año presentaban y celebraban esta fecha. Y aunque las ventas no están como quisieran, no son mucho los negocios de vestimenta de niño Dios y esperan que muchos niños que quedaron huérfanos, sean adoptados y retomen la tradición.

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Para Evelia Gómez España, quien durante 30 años vistiendo y preparando Niños Dios, refiere que entre tantos modelos, por raro que parezca, cuando algún traje no les gusta, no se dejan vestir hasta que les cambian de modelo, y la creencia es que “el niño Dios” no quería el traje que le escogieron y ella como a cualquier bebe, mientras lo cambia le platica y fácilmente se dejan vestir.

Reconoce que muchos dejan hasta el mero día para traerlo a arreglar, no los quieren levantar antes del nacimiento, respetan la cuarentena. Ella nos comparte que a un niño Dios se le puede vestir con 50 pesos y hasta 200 pesos o más, dependiendo el tamaño y el traje que les gusta hay tallas desde el número 4 hasta el número 50 y de acuerdo a la medida va variando los precios pero el más común es el ropón blanco o el tejido de bebe.

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Este año doña Elia, quién tiene 18 años con su niño Dios, refiere que año con año le cambia su traje, este año lo vistió del morado, como el señor de las uvas, y lo prepara para presentarlo en la iglesia, que le pongan su agua bendita. Este niño fue el regalo de una de sus nietas, quien lo compro en Puebla, y ella le pide que les de fortaleza, salud para seguir adelante “no hay que tener miedo del Covid-19, está un Dios que nos protege, pero no hay que dejar de cuidarse nos dice.


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