[Especial] La pérdida del Casino de la Selva aún le duele a los morelenses

A casi dos décadas de la represión a los defensores de uno de los íconos culturales de Cuernavaca, del hotel y centro de espectáculos queda más que una herida abierta

Israel Mariano | El Sol de Cuernavaca

  · sábado 24 de julio de 2021

La autenticidad de algunos murales del ex Casino de la Selva no está confirmada e incluso se desconoce el destino de los demás / Froylán Trujillo | El Sol de Cuernavaca

La noche del 21 de agosto de 2002, el gobierno estatal de Sergio Estrada Cajigal Ramírez envió a más de 100 elementos antimotines y otros vestidos de civil para retirar por la fuerza a los opositores al proyecto de construcción en el ex Casino de la Selva.

Hoy, a casi 20 años, los protagonistas de esos hechos consideran que al movimiento le faltó experiencia y asesoría, pero volverían a pisar la cárcel porque esa vivencia dejó un precedente en la defensa ambiental y social en Morelos.

El lugar se creó en 1930 para establecer un salón de juegos y, posteriormente, un hotel que sin duda fue el mayor detonante de turismo que ha tenido el estado durante 88 años.

En su momento se dijo que había evidencias de culturas prehispánicas y fueron estas las razones por las que un grupo de ciudadanos decidió protestar. El lugar como hotel y balneario tuvo su auge hasta los años 70.

Con la crisis financiera en 2001 fue rematado por el Fobaproa y vendido a una cadena de tiendas. Entonces comenzó su demolición para instalar un centro comercial. En 1997, el Casino cerró y con ello se canceló la celebración de eventos.

Gobierno contra opositores

“Desgraciadamente están haciendo demasiado ruido para lo que realmente es”, dijo Estrada Cajigal al ser cuestionado sobre la protesta de ciudadanos opositores al proyecto y los trabajos del Casino.

En un texto elaborado por Víctor Ballinas y Ángel Vargas, en entrevista que concedió el mandatario, enfatizó que en las protestas había “intereses ajenos a los de la preservación de los patrimonios cultural, artístico y ecológico”.

Incluso señaló que los manifestantes eran militantes del PRD y activistas expertos en “lucrar política o personalmente con la situación”. Y él se defendía: “¡por supuesto que a mí me duele quitar un árbol! Sin embargo, la ley es muy clara y son leyes que yo no escribí”.

Anteriormente el predio que albergaba el Casino de la Selva contaba con aproximadamente 22 mil metros cuadrados de construcción / Froylán Trujillo | El Sol de Cuernavaca

Una batalla perdida pero varias experiencias ganadas

Sabotaje, asonada, motín, desobediencia, ataques a las vías de comunicación, resistencia a particulares, apología del delito, fueron parte de las acusaciones que enfrentaron los 32 detenidos.

El Frente Cívico propuso al gobierno rescatar el ex Hotel Casino de la Selva y convertirlo en centro cultural comunitario, pues además de ser sitio significativo para la gente de Cuernavaca, contenía un gran acervo artístico, vestigios arqueológicos y una de las áreas verdes más importantes y extensas de la ciudad.

“Esa batalla por el Casino de la Selva se perdió, sin embargo, generó un importante parteaguas en el movimiento ciudadano, pues con esa experiencia se concibieron nuevos planteamientos tácticos y estratégicos de lucha, por los cuales en los últimos años se han ganado varias causas. En ese entonces nos faltó experiencia y mayor conocimiento, pero sin duda sirvió para enfrentar otros retos en la defensa del ambiente, flora y fauna en el estado”, consideró Flora Guerrero.

Alicia Dorantes, especialista en obras culturales históricas y promotora del rescate del México antiguo, recordó aquel momento: “No me arrepiento, fue algo muy duro que trajo incluso problemas personales pero valió la pena”.

No dudó al decir que de esa lucha del Casino de la Selva se aprendió mucho con relación a leyes y cómo defender otros sitios importantes.

Resguardar la memoria cultural, el gran propósito

Como parte del Consejo Ciudadano para la Cultura y las Artes en Morelos, Alicia Dorantes planteaba sentar un precedente respecto al rescate de los sitios históricos, de los lugares que deberían ser de la comunidad, así como de los espacios con un significado para la ciudad.

“Debemos rescatar el derecho imprescindible del pueblo a vivir en sus propias huellas y cultivar su memoria para que ésta sea transmitida a las nuevas generaciones”. Incluso, dijo, no estaban en contra de la mega tienda, pero sí en que se edificara específicamente en ese lugar.

Sobre el destino que tuvieron los murales, Alicia Dorantes aceptó que no hay información precisa sobre su destino, pues de los que están en ese lugar colocados sobre acrílico no existe la certeza de autenticidad. Otros, como los de Icaza estaban en el INBA de México y las piezas arqueológicas que sacaron las ubicaron en el INAH Morelos. El Casino contaba con 22 mil metros cuadrados de construcción sobre un predio de 140 mil metros.

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