Si bien en Morelos no existe un ambiente generalizado de violencia física contra trabajadores de los medios de comunicación, sí hay una erosión en la relación de la prensa con los poderes del estado. Por ejemplo, los gobiernos se han vuelto más opacos bajo un mecanismo de acceso a la información que se ha vuelto cómplice, y hay una marcada polarización política en la que participan algunos medios y agentes de prensa. Bajo ese contexto se conmemora este 3 de mayo el Día Internacional de la Libertad de Prensa.
El año 2021 fue el último en que Morelos registró la muerte de comunicadores: Samir Flores, que laboraba en Radio Amilzinko y Rogelio Barragán, de Guerrero Al Instante, fueron asesinados en 2019; y Manuel Reyes, quien tenía una página de Facebook llamada Noticias PM, en 2021, de acuerdo con cifras de Artículo 19.
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Esta misma organización señala que en México del año 2000 a 2022 había 157 periodistas asesinados; 98 por ciento hombres, mientras que el resto eran mujeres. Para el año 2023 ya son tres los que han sido privados de la vida en Ciudad de México, Hidalgo y Baja California.
Vínculo Social
David Monroy, reportero independiente y quien desde 1989 ejerce el periodismo, dice que la relación entre prensa y responsables de brindar información pública es cada vez más complicada. Esto lo atribuye a las nuevas generaciones de políticos.
“Cuando inicié, la prensa era el cuarto poder, había respeto de los reporteros hacia el poder y funcionarios, pero también respeto hacia los comunicadores. Se asumía que la prensa era un factor de gobernabilidad, sigue siéndolo, pero en este momento todo es caos. Y no es que éramos especiales, pero sí un vínculo social".
La prensa era la forma en que la sociedad se contraponía al gobierno, sin embargo, en la actualidad la violencia hacia los medios ha escalado más allá de balazos en las calles. En las redes sociales hay violencia de las autoridades cuando no brindan información, datos certeros, “las fuentes se están negando a dar información” mientras los organismos de transparencia callan y no aplican sanciones.
Agrega: “Los políticos hoy en día viven en total impunidad e inmunidad, ya nada les mella, la opinión de los medios y de la ciudadanía no les mella. Vivimos en una prepotencia absoluta de parte de ellos. Si bien no han asesinado a periodistas, sí hay una grave violencia contra los trabajadores de los medios de comunicación”.
Algunas dependencias llegan a cuestionar la información mediante “bots”, descalifican, estigmatizan, señalan y tratan de reducir el efecto de la información, además destruyen la credibilidad de los medios cuando trasladan la denuncia a las plataformas digitales.
Falta de profesionalización
Monroy recuerda que en las redacciones los comunicadores se forjaban porque existía enseñanza de los superiores, aunado a las largas jornadas en las que había que pasar Navidad, Año Nuevo, cumpleaños o tristezas junto a ellos. Hoy, dice, son escasas las universidades que ofrecen periodismo, comunicación y afines.
Asume que la música que ahora escuchan las nuevas generaciones muestran una “involución” cultural que se vive en el país, el consumo de información “basura” en redes sociales lleva a niños y jóvenes a ser adultos con menos conocimientos. Y serán adultos que llegarán al poder.
El 4 de enero de 1989 David Monroy ingresó a un medio de comunicación llamado “Opción de Morelos”, aún sin terminar la preparatoria y teniendo como sueño ser antropólogo, hizo pruebas para laborar y su primer evento fue el “brote” del comercio ambulante en la calle Clavijero y Guerrero, en Cuernavaca.
“No sabía a quién entrevistar, no sabía nada, no tenía formación periodística. Llegué con miedo, recuerdo que me tardé tres días en hacer la nota, no sabía por dónde entrarle; en ese entonces tener una grabadora era un lujo, lo único que llevaba era libreta y pluma”.
Ahora, reflexiona, parece bastar un teléfono celular para transmitir en vivo un hecho noticioso, grabar video y tomar fotos para decir que se realiza un trabajo periodístico, aunque todo ello carezca de profesionalización.
Incluso hay reporteros que no conocen de historia general, que no leen, y son quienes perderán fácilmente la credibilidad pues no contextualizan ni dimensionan la información: “No podemos caer en esa dinámica porque somos educadores, líderes de opinión. Debemos evitar sesgos, no tomar partido”.
A lo largo de su trayectoria, a Monroy le ha tocado hacerle frente a amenazas, exalcaldes, exdiputados, exgobernadores que envían mensajes de advertencia para que le baje a su línea editorial: “Te mandan mensajes velados, directos, desde una manta que colocan hasta una bala en tu coche, desde la tribuna de un gobernador, van a los periódicos nacionales a hablar mal de ti para que te corran, te persiguen, impiden la entrada de tus hijos a la escuela, te bloquean la becas, hasta un mensaje por WhatsApp y Facebook”.
¿Hacia dónde va la prensa?
Mantenerse en ser promotores de la democracia, de la libertad de información y conservar el liderazgo social es el reto de la prensa, sobre todo en un mundo en el que las nuevas tecnologías se han convertido en una herramienta más pronta para informar: “La inmediatez no es lo más esencial, lo esencial sigue siendo la integridad periodística”.
Estrella Pedroza, reportera e integrante de la Red de Mujeres Periodistas, opina que la criminalización de los periodistas desde el gobierno federal siempre impactará en la relación que haya entre prensa y autoridades estatales que llegan a imitar una política de bloqueo y malas prácticas.
“Cada día documentamos agresiones contra periodistas en los estados, sobre todo contra mujeres por medio de las redes sociales. En Morelos es mucho más fácil agredir con amenazas, hostigamiento, incluso directamente en las conferencias de prensa. En 2022 documentamos cuatro casos de agresiones”, las cuales vienen de funcionarios públicos.
La opacidad persiste en los municipios
Pedroza detalla que, según datos del Instituto Morelense de Información Pública y Estadística, sólo seis municipios de 36 cumplen con la rendición de cuentas; a pesar de esto dicho organismo no les obliga y, por el contrario, les orienta para no hacerlo.
“Tú preguntas sobre alguna información y con la mano en la cintura te dicen que no la tienen. Existe una obstrucción. Cuestioné el porqué los municipios no rinden información pública y me responden que porque tienen miedo a que sea usada para golpearlos políticamente”.
El propio Poder Ejecutivo desde el año 2020 ha negado el ingreso a inmuebles de gobierno a la prensa, a fin de evitar que se den entrevistas o cuestionamientos, con lo cual obtienen un mayor control de la información.
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