Más que un balneario, el Issstehuixtla es un centro recreativo y cultural donde se puede disfrutar de cristalinas aguas azufradas y sulfurosas de un importante borbollón que da 900 litros de agua por segundo, con el que se abastece todos los días a las albercas y mantiene los amplios jardines, además de ser un lugar 100 por ciento familiar.
Ubicado en la comunidad de Tehuixtla, en el municipio de Jojutla, a dos horas de la Ciudad de México llegando por la Autopista México-Acapulco, el balneario cuenta con dos entradas; una al estacionamiento que los lleva a la taquilla y otra por un camino periférico que lleva al estacionamiento del área de hospedaje y campamento.
Primero, el escudo de la salud
En una visita guiada por Margarito Miranda, encargado de las actividades recreativas, el protocolo del escudo de la salud es lo primero. En el área de taquilla, el personal invita a los visitantes a lavarse las manos con abundante agua y jabón, verifica que cada persona use adecuadamente el cubrebocas, pasa otro filtro de sanitización sobre tapete, y gel antibacterial.
Una vez cumplidos los protocolos, pasas un pequeño puente peatonal sobre la carretera, y en la otra entrada te topas con dos emblemáticos cuexcomates, que son dos singulares tiendas de artesanías que, ante las restricciones del semáforo epidemiológico, permanecen cerrados.
Terminando el sombreado pasillo a mano derecha se encuentra el tobogán (en mantenimiento) metros adelante nos lleva directamente a la monumental alberca de la cascada, que cuenta con diferentes niveles de profundidad, rodeado de árboles y amplios jardines con mesas y parrillas de carbón; es una delicia el masaje que ofrece la caída de esta agua.
Desde lo alto se pueden ver las canchas de volibol playero, el área de juegos infantiles, y siguiendo la vereda descendente, está un frondoso y gigantesco “parota”, que se estima tiene alrededor de 500 años, árbol que es el más fotografiado después del imponente borbollón que ésta justo al final del sendero.
Los 900 litros por segundo que da este importante yacimiento de aguas azufrada ofrecen a una temperatura de 27 a 28 grados centígrados, no es agua termal, pero es una temperatura ideal, y entre las propiedades medicinales que se atribuyen, ayuda a las personas con reumatismo, y las que están en recuperación traumática, pero sobre todo para relajarse de las tensiones cotidianas; “después de disfrutar de estas aguas desaparece el insomnio”, cuentan.
A un costado del borbollón se cuenta con una alberca “Los Amates” esta se llena por gravedad directamente del borbollón, y en otro extremo está la fosa de clavados, que se encuentra en mantenimiento, y un poco más adelante, el chapoteadero.
En las 15 de 30 hectáreas del Issstehuixtla, hay cinco albercas de diferentes profundidades, dos toboganes de 157 metros de longitud, una alberca de cascada, áreas verdes, canchas deportivas, zona de acampar, restaurante, aviario, estanques naturales de peces y la conocida como zona de changos, donde en memoria a la última changuita “Nelly” hay una escultura de fierro en su honor. Los recipientes de la basura están debidamente señalados, como Orgánicos, Inorgánicos reciclables, inorgánicos no reciclables, tanto jardines, baños y albercas lucen limpios.
Historia
Poco se ha escrito sobre la historia de este balneario, que fue uno de los primero sitios turísticos en el estado de Morelos, desde hace más de un siglo, revela el cronista de la comunidad de Tehuixtla, Emanuel Espín Pineda, quien nos cuenta que este proyecto tan visionario e innovador en esos tiempo fue impulsado por los ejidatarios, llamándose inicialmente “los baños de la Fundición”, ya que en este lugar hubo una fundidora en la época colonial, y fue utilizado por el ejército del General Morelos, y siglos después por los revolucionarios que operaban la fundidora que quedó abandonada y retomada por los Ejidatarios de Tehuixtla para para hacer “los baños la Fundición” en 1919, con los años cambio a “Balneario la Fundición” a partir de 1981 se convierte en el Centro Recreativo y Cultural Issstehuixtla, aunque para la gente del pueblo de Tehuixtla sigue siendo “La Fundí”.
Fue un lugar muy visitado por los embajadores de España, presidentes de la república, y un dato histórico es que en este lugar el presidente Adolfo López Mateos se reunió con Rubén Jaramillo a quien le regaló un caballo, previo a su muerte, el 23 de mayo de 1961.
Hospedaje y campamento
El lugar cuenta con 11 cabañas con capacidad para cuatro personas y una más para alojar a seis. Actualmente, por la pandemia, el área de campamento se encuentra restringida.
Estratégicamente distribuidos hay baños suficientes y adaptados para las personas de la tercera edad o con discapacidad, con pasamanos y rampas cuidando el bienestar de las y los visitantes. Cuenta con vigilancia de seguridad las 24 horas en las diferentes áreas y en algunos lugares resguardando y cuidando el inmueble dando la información para atender cualquier duda que tengas los visitantes.
Antes de concluir esta visita, platicamos con la administradora, Yosamara Reza López, una mujer que contagia el entusiasmo por la reapertura del Issstehuixtla, que permaneció por más de un año cerrado a raíz por la contingencia sanitaria de la Covid-19. A partir del 4 de junio, volvieron abrir sus puertas:
“La visita han sido progresiva y poco a poco la gente empieza a tener confianza; tenemos nuestra medida de sanitización al 100 por ciento.
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