Morelos es tierra de conquista, saqueo o de experimentos electorales. Por eso, dicen los expertos y los nacidos en el estado, que desde hace 20 años la entidad se estancó. La parálisis que enfrenta Morelos es producto de su debacle política que ha dado al traste con el desarrollo económico y por consiguiente el desastre social. En cada proceso electoral se habla de proyectos, de grandes obras de alto impacto y de desarrollo que nunca llega. Hoy nuevamente en medio de la efervescencia electoral y política, se escuchan promesas, pero, ¿será ésta, la elección 2021 que esperan los morelenses, en especial los cuernavacos?
Es cierto que los aspirantes, candidatos y aquellos que participan en los cargos de representación hacen de todo para ganar: compromisos, acuerdos y sobre todo promesas. A lo largo de dos décadas o un poco más, la gente en Morelos los ha escuchado y anteponen la esperanza con la idea de que alguno lo cumplirá.
Algunas de estas promesas van desde la construcción de una central camionera a las orillas de la capital donde se puedan concentrar los camiones y de esa manera sacar a todas las que están en el primer cuadro.
O la reubicación total del mercado Adolfo López Mateos; otros no se atrevieron a tanto, sólo dijeron que lo modernizarían con un segundo piso y escaleras eléctricas. También hemos escuchado un segundo piso para el hoy llamado Paso Exprés. Incluso hubo quien propuso un metro que pudiera cubrir toda la zona conurbada.
De la misma manera, algunos pensaron en un libramiento norponiente, o en una ciudad como la “nueva Cuernavaca'' con edificios inteligentes y transporte eléctrico, pero todo quedó en un puente costoso que topa con pared.
La mayoría de estos promoventes han perdido, es cierto, y las promesas igual se quedaron; otros pocos, por el contrario, ganaron, pero de sus promesas más temprano que tarde se olvidaron. A diferencia de las entidades vecinas, Morelos y su capital quedaron rezagados 20 años, ni siquiera un mínimo avance puede destacarse.
Para el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en Morelos, Antonio Sánchez Purón, es sin duda el proceso electoral el punto de partida para anhelar que realmente se produzca un paso hacia adelante en el desarrollo. Hoy, desafortunadamente, acotó, Cuernavaca enfrenta como nunca antes en más de 20 años una infinidad de problemas, y “lo que está faltando en los candidatos que aspiran a estar al frente de la administración, es un planteamiento que genere una proyección de mayor envergadura en nuestra ciudad con respecto al resto del país y que pudiera ser de mayor atractivo para los turistas, como para el propio ciudadano”.
Sin embargo, el dirigente empresarial apuntó que algo positivo muy reciente para la capital morelense es el circuito que se generó llamado también el libramiento, “incluso en el gobierno anterior, se le sugirió a los funcionarios que también se podría haber construido un segundo piso con el dinero que se invirtió en la ampliación, hubiera hasta sobrado para la obra”.
Esta arteria que es de las más importantes en la actualidad, en lugar de haber servido para desahogar la vialidad, se ha transformado en un constante peligro al registrarse constantes accidentes que en el peor de los casos generan muertos, y hoy preocupa porque la mayoría de los accidentes son por un mal diseño y malas decisiones, porque todo ese dinero que se invirtió allí, hubiera podido servido para muchas otras cosas más, pero con el gasto hasta parece que se hubieran hecho obras similares hasta cuatro veces su tamaño.
Hoy la cuestión de la central camionera, agregó, Antonio Sánchez Purón, es otro sueño de los cuernavacos, lo cierto es que en esos lugares donde queden desocupados por las terminales que en la mayoría de los casos están en el centro de Cuernavaca y que generan un gran problema de tráfico vehicular, tendrían que ser necesariamente ocupados como espacios orientados a la recuperación y fortalecimiento del tejido social, como parques de recreación, pero desafortunadamente este tema no ha vuelto a tocarse y por lo tanto, no existe un planteamiento muy claro ni se quiere asumir ese gran riesgo.
Y mientras, respecto “a la gran central de abasto el mercado Adolfo López Mateos, que en su oportunidad de acuerdo con el tamaño de la ciudad servía a una finalidad, pero hoy ha quedado rebasada toda situación porque genera un tráfico interno y no hay una posibilidad de estacionamiento, y si existe, es muy complicado acceder a él, y la llegada de la carga y descarga de la mercancía genera un enorme caos vial porque llegan muchos camiones de grandes dimensiones, pero al mismo tiempo genera un aspecto bastante desagradable a lo que es la parte del Centro Histórico”.
Al final de cuentas, sostuvo Sánchez Purón “hoy ninguno de los candidatos tiene una solución que pueda generar un cambio radical en la ciudad, y todos ofrecen pequeños curitas o paliativos que puedan dar una solución a corto plazo pero no una proyección de gran calado y de envergadura como hoy reclama la capital del estado”.
En este mismo tema, el director del Centro de Investigación Morelos Rinde Cuentas, Roberto Salinas, fue más contundente, al señalar que estas promesas incumplidas de quienes primero piden la confianza de la gente y después con el poder y el dinero pierden hasta la decencia, es que básicamente el problema radica en los ciudadanos que en repetidas ocasiones se toman a la ligera sus propuestas de campaña.
“Hay en esta etapa muchas ideas y propuestas supuestamente de transformación, sin embargo, no se tiene conocimiento o no se informa de cómo lo van hacer, cuáles son las acciones y los recursos que tendrían, en todo caso que invertir o donde se gestionarían, y a veces se queda todo eso a la ligera con un tema nada mas de decir que se van a gestionar o ahorrar”.
Sin embargo, pocas veces la gente realmente pregunta a los candidatos o aquellos que piden el voto en campaña, de qué manera, qué recursos realmente van a obtener, de qué manera lo van hacer.
Pero en todo esto, son principalmente los ciudadanos los que no asumen su responsabilidad en las campañas y al momento de tomar una decisión frente a las urnas, esto será diferente cuando de manera previa hayan analizado de manera contundente las propuestas y promesas de cada candidato.
Roberto Salinas, aceptó que en campañas y con el afán de ganar el cargo se pueden prometer muchas cosas y como se ha visto y vivido en estos últimos 20 años, será necesario que se pondere quién o quienes están dispuestos a mostrar una apertura para un diálogo político con las instancias, desde el Congreso local, y por supuesto el Ejecutivo; por lo tanto, la responsabilidad como parte de una comunidad es señalar puntualmente aquellos o aquel que promete solamente o hace promesas sin dar detalles de cómo se van a consolidar.
En esencia pareciera que los morelenses, viven de sueños, se van con el canto de las sirenas, o de utopías y entregan su confianza a quien mejor les endulza el oído sin importar el nombre, los antecedentes, o sus resultados.
Hoy ante una nueva elección, la esperanza surge, sigue latente, y pueden los morelenses volver a dar la sorpresa sobre a quién le darán su confianza, ¿será esta la elección que esperábamos para salir del atolladero, o tendremos que esperar, todavía otro momento? Aunque para muchos lo negativo es ya un sello, para los morelenses y los cuernavacos que a pesar de probar de todo, cargar con su cruz es un lastre que tardarán muchos años en sacudirse.
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