[Especial] Lavaderos comunitarios quedan en el olvido

Han quedado atrás los días en que decenas de mujeres acudían diariamente a estos lugares y aprovechaban para socializar

Jessica Arellano | El Sol de Cuernavaca

  · sábado 12 de junio de 2021

Actualmente existen lugares donde pueden hacer uso de las lavadoras; sin embargo, la dinámica es diferente gracias a los aparatos tecnológicos / Haidee Galicia | El Sol de Cuernavaca

En décadas pasadas existieron en Cuernavaca lavaderos comunitarios que fungían como el lugar perfecto para que las mujeres socializaran; en la actualidad esta costumbre ha desaparecido gracias a la tecnología y el uso de lavadoras.

En la época de la Revolución, las mujeres que se sumaron al movimiento no solo atendían a los heridos o servían de espías, también preparaban comida y lavaban la ropa, peregrinando en los diferentes campamentos de campaña.

De acuerdo con diversos cronistas de la ciudad, en ese tiempo, en la Guerrero, donde se encuentra el acueducto se encontraban unos lavaderos públicos, enfrente de la vecindad conocida como La Coronela.

La vecindad albergó viudas zapatistas y la mayoría inició ocupándose lavando ropa ajena, por lo que utilizaban los lavaderos públicos; el lugar no solo representaba una forma de ganar dinero para mantener a sus hijos, sino también para socializar, contar sus vidas, sus historias y los acontecimientos sociales y políticos que se atravesaban.

Las mujeres aprovechaban el lugar para lavar mientras que su hijos convivían con otro niños, estos lavaderos desaparecieron. Actualmente, el lugar se encuentra contaminado y se ha convertido en un refugio para delincuentes y personas en situación de calle.

De acuerdo con el artista y arquitecto Miguel Ángel Betanzos, los lavaderos de las casas y vecindades antiguas de Cuernavaca fungían como un punto de reunión. Eran los espacios a donde llegaba el agua, ya sea por canales o apancles, no solo lavaban ropa, también trastes y esta agua se descargan en las barrancas.

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Sin duda dijo, era el espacio oportuno para la convivencia, para lo que popularmente nombramos “ el chisme”.

Estos lugares se convirtieron en la oportunidad para socializar, de convivir con otras mujeres, inclusive de generar ingresos lavando ajeno, sin embargo, con la modernidad, llegó la tecnología, el uso de lavadoras, el acceso a servicios que permite que las familias cuenten con su propio lavadero e inclusive maquina de lavado y secado.

Y si no se cuenta con una lavadora o el tiempo para lavar, existen lavanderías en donde pagas porque hagan las cosas por ti.

Existen lavanderías en las que se te permite utilizar su lavadoras, y pese se pensara que estos lugares pudieran seguir siendo un lugar para seguir socializando, esto no pasa porque la tecnología no lo permite, porque mientras la ropa se lava el usuario utiliza sus teléfono celular para entretenerse.

En la actualidad el lavar la ropa ya no es una función exclusiva o particular de las mujeres, los tiempos han cambiado, y los hombres ya se involucran y lo hacen.

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