Ante el hallazgo de otro sacerdote muerto en Emiliano Zapata, el vicario de la Diócesis de Cuernavaca, Luis Millán, lamentó que el ejercicio del sacerdocio sea uno de los más peligrosos en el país, por lo que pidió a las autoridades mayores condiciones de seguridad para realizar su labor pastoral.

Tras lamentar el deceso de Moisés Fabila, sacerdote de la Basílica de Guadalupe, el vocero de la Catedral de Cuernavaca reconoció que no han tenido ningún contacto con la familia del padre sin vida, además dijo desconocer si su muerte obedeció a un secuestro o a un problema de salud.

Sin embargo, el padre Millán expuso que si se llegara a confirmar que la muerte del sacerdote se generó por un secuestro, eso aumentaría la preocupación del clero, pues advirtió que en las últimas semanas han aumentado los casos de violencia contra integrantes de la comunidad eclesiástica.

Por ello, advirtió que el clima de violencia va en aumento, por lo que el ejercicio del sacerdocio ahora es de los más peligrosos junto al periodismo, "cuando creo que ambos ejercemos un servicio a la verdad, la comunicación y el sacerdocio son un ministerio de la verdad, es un servicio de ayuda al camino de la verdad y eso quiere decir que el camino a la verdad no encuentra un lugar en este mundo", expresó.

El vicario insistió en que la iglesia sólo busca hacer un bien, porque el ministerio sacerdotal es ayudar a las personas, ofrecerle auxilio y consuelo, en ningún momento se pretende dañar o lastimar, es una vocación de altruismo y de servicio.

Por eso sentimos preocupación como ciudadanos porque tenemos los mismos derechos que cualquier otra persona y necesitamos que nos den garantías de seguridad para hacer nuestro trabajo