Cada 12 de diciembre, el Chapitel del Calvario se convierte en el corazón de Cuernavaca. Desde su creación a la fecha, el lugar se ha ido transformando hasta convertirse en uno de los centros de oración que mayor fieles atrae, sobre todo durante los festejos a la Virgen de Guadalupe.
Históricamente no tiene ningún origen religioso, salvo que era el paso obligado de peregrinos de otras entidades que viajaban al santuario de Chalma, en el Estado de México, se describe en muchos escritos como una construcción consagrada a la Virgen de Guadalupe.
Aunque en realidad puede decirse que es “una pequeña capilla compuesta de una sola bóveda sobre columnas aisladas; se le conoce como “El Calvario” por su Cruz que se encontraba en el pedestal interior.
El lugar se ubica en la avenida Morelos, esquina con Ricardo Linares y Felipe Güemes, en el centro de Cuernavaca, a unos metros del Museo de Fotografía El Castillito y la glorieta de Porfirio Díaz donde se puede acceder a la Barranca de Amanalco, es decir todo un conjunto de edificaciones simbólicas muy características de una época de la capital morelense.
El lugar está integrado por un conjunto de dos edificios religiosos, el primero es una edificación en honor a la Virgen de Guadalupe, fue el que dio origen al nombre de Chapitel, y es una pequeña capilla compuesta de una sola bóveda sobre columnas aisladas, El Calvario, como también se le llama, se le conoció por su Cruz que se encontraba en el pedestal interior; hoy es el único que se conserva en todo el país.
Mientras el segundo edificio es el templo de San José el Calvario, una edificación del siglo XX, de estilo neorromántico, con el objetivo de brindarle al barrio una gran iglesia; este, por encontrarse frente al Chapitel, se anexó al Calvario.
De acuerdo con el padre Alvarado, a este lugar arriban tradicionalmente miles de peregrinos a rendir culto y celebrar el 12 de diciembre de cada año. Actualmente es una tradición que forma parte de la fe religiosa.
El hecho de estar en el lugar trae emociones y sentimientos encontrados, en el interior de la cúpula abierta, es evidente un pedestal que sostiene la estatua de la Virgen de Guadalupe, “esa bella imagen fue cincelada con finura por un escultor anónimo, pero fue derribada en 1934 y hallada en 1948 en los subterráneos de la Catedral de México; en tanto se colocó ahí una réplica, misma que hoy se encuentra dentro del templo de San José del Calvario que data del año 1900, cuando se empezó a construir”.
El encargado de la iglesia San José que está a un lado, refirió que antes de la imagen de la Guadalupana, en este sitio había una cruz a la que los antiguos indígenas veneraban, ya que en su peregrinar hacía el Santuario de Chalma se detenían ahí al menos por una noche. La tradición cuenta que al entrar o salir del poblado, arrojaban al pie de la Cruz una piedra formando un montículo que hoy que conoce como “Cu”.
Hoy sin importar el paso de los años, el Calvario o el Chapitel del Calvario sigue siendo un lugar de la fe católica, que cada 12 de diciembre celebra a la virgen Guadalupana, lo que se reafirma con el paso de los años.
El camino de la fe
Del 5 al 13 de diciembre, cada año, miles de fieles a la Virgen de Guadalupe salen de sus comunidades para ir caminando, en bicicleta, caravana vehicular, o en autobús a la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México. Algunos, incluso, lo han hecho durante 30 años.
Quienes se han aventurado a caminar o ir en bicicleta con un objetivo aseguran que la fe hace más fácil el camino hacia la Villa, incluso aseguran que el trayecto ni se siente y que entonces todo se vuelve más sencillo para cumplir ya sea una manda o una tradición.
“La experiencia es muy bonita. Si vas, ahora sí que con fe, pues sí que llegas y te sientes aliviado de que prácticamente llegaste con bien, que estas cumpliendo y pues prácticamente sientes que tu alma descansa”, aseguró Rosalío Martínez Cruz, quien encontró en esta tradición la solución a sus problemas personales.
Hace cinco años, es decir en diciembre de 2016, decidió hacer el recorrido caminando, pues afirmó que su relación con su esposa no iba bien; pues tenia muchos problemas y entonces le pidió a la Virgen de Guadalupe que lo ayudara a encontrar un camino para resolver todo lo que en ese momento estaban pasando.
“Yo decidí ir gracias a la tradición de la familia de mi esposa; en estas fechas ellos van todos los años y pues fueron ellos quienes me dieron ese empujoncito para que empezara yo a ir también. Ellos van siempre en estas fechas y se junta la familia y amigos como un acto de fe”.
Sin embargo, aseguró que se necesita mayor vigilancia, no solo para prevenir accidentes de los peregrinos, sino para evitar asaltos o robos de los que comúnmente son víctimas en algunas de las zonas más solitarias del camino.
Algunos de los peregrinos se unen para cuidarse mutuamente y esta es la única forma que han encontrado para evitar ser víctimas de la delincuencia a fin de seguir su camino de fe hacia la Basílica o el Señor de Chalma, en el Estado de México.
En Cuautla, Federico García es quien se encarga de llevar una peregrinación hasta la Villa, en la Ciudad de México; la preparación inicia desde un mes atrás para saber cuántas personas acudirán. Salen en grupos a pie, acompañados de dos o tres camionetas que los resguardan.
Previo a la salida se preparan con el material necesario, lo más básico, afirman, para evitar ser víctimas de atracos. Entre las recomendaciones, llevar el calzado adecuado para evitar lastimarse los pies, además de agua y fruta para hidratar; sombrero o gorra y ropa de manga larga, además de calcetines para tener un par de repuesto. Vendas elásticas, lámpara de mano y baterías de repuesto, así como un teléfono celular para comunicarse.
En los últimos años solo se han reportado cuatro percances de gravedad en peregrinaciones, el primero se registró el 9 de mayo de 2018, cuando peregrinos de Cuautla se dirigían a un santuario en Guerrero y el vehículo en el que viajaban volcó en la carretera Axochiapan - Chiautla, provocando que once personas resultaran lesionadas.
Otro hecho más fue el 11 de diciembre del 2018, cuando un autobús se impactó con una camioneta en donde viajaban peregrinos que regresaban de visitar la Basílica de Guadalupe; 14 peregrinos resultaron lesionados.
El 25 de marzo de 2019, peregrinos fueron atropellados cuando viajaban en dirección al Santuario de Tepalcingo; una unidad de transporte público los arrolló en la carretera local Axochiapan-Tepalcingo, provocando que siete resultaran heridos; otro hecho más fue el registrado el 27 de febrero, cuando una camioneta donde viajaban peregrinos de Puebla que regresaban del Santuario de Chalma se quedó sin frenos provocando que se impactará con otro vehículo, dejando seis personas heridas.
Con información de Ofelia Espinoza y Javier Omaña
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