Los héroes sin capa perciben un sueldo de apenas 5 mil 400 pesos quincenales, salario que es insuficiente tomando en cuenta que trabajan de día y noche, bajo cualquier circunstancia, durante el fuego, bajo la lluvia; en medio de enjambres de abejas y en alturas extremas. Por ello, algunos buscan un trabajo extra en sus días de descanso, de medio tiempo o en fin de semana.
Su bitácora de bombero marca un sinfín de servicios que Manuel atendió a lo largo de 23 años, desde labores de parto, sofocar incendios y volcaduras de tráiler, pero hay un incidente que le marcó la vida y al recordarlo se le quiebra la voz; es el accidente de un menor atropellado por un automovilista en la avenida Vicente Guerrero, en Cuernavaca.
Manuel Ramón García García guarda muchas experiencias pero el recuerdo más trágico en su memoria es la imagen del menor atropellado y pese a que intentó salvarlo, días después perdió la vida en el Hospital del Niño.
Proviene de una familia cuya labor es atender emergencias en la Cruz Roja, donde empezó Manuel en 1994 pero años más tarde tuvo la oportunidad de incorporarse al Cuerpo de Bomberos Cuernavaca, ya que desde niño fue uno de sus grandes sueños, ello tuvo repercusiones como sacrificar a su familia en fechas importantes como cumpleaños y fiestas de fin e inicio de año.
Me llamaba la atención de querer ayudar a la ciudadanía y hasta la fecha me da miedo, siempre que salimos a un evento el miedo está presente, en todo momento, y eso es bueno porque hace que hagamos las cosas con mayor precaución; el tener miedo es bueno
Recuerda que su primer servicio como bombero fue atender el auxilio de la volcadura de un tráiler, un evento fuerte que tiene presente así como aquella ocasión, que, en un intento de ser veloz resbaló de una pipa y cayó de sentón, dice entre risas porque también tienen momentos chuscos.
Dice que la recompensa económica que perciben no se compara con lo que hacen, que puede ser desde un servicio pequeño hasta el más riesgoso, ya que hay compañeros que fueron hospitalizados por picadura de abejas y otros que, aparentemente, fueron víctimas de cáncer pulmonar y de estómago por inhalar humo en los incendios, lo cual les costó la vida.
La precariedad en la que se desempeñan los bomberos es la misma que ocurre a nivel nacional pues son los que reciben menos recursos por parte de los gobiernos para su equipamiento de protección personal, debido a que son de costos elevados de hasta 35 mil pesos por uniforme que comprende pantalón, chamarra, botas y casco.