Martín Rodríguez, el joven que madrugó para tener la oportunidad de ver a Cuauhtémoc Blanco en su gira por Tepalcingo, volvió a casa con algo que sabía que podría ocurrir, pero que no esperaba que ocurriera tan rápido: una silla de ruedas nueva.
La historia
Martín Rodríguez Cabrera nació con una discapacidad congénita que le impidió estudiar más allá de la primaria. Debido a la falta de desarrollo de los músculos de sus manos y sus piernas, Martín solamente pudo estudiar hasta la primaria, porque fue en esa época cuando sus dedos dejaron de responderle; "ya no puede escribir, ya no mueve su mano, por eso ya no siguió estudiando", explica Ciria Cabrera, su madre.
Ciria y Martín llegaron media hora antes para poder estar cerca del gobernador. Cuando llegó, madre e hijo se acomodaron entre la gente aguardando el momento de poder acercarse. Finalmente, fue Natalia Rezende, esposa de Blanco y presidente del Sistema DIF Morelos, quien se encargó de entregarles una silla de ruedas nueva.
El futuro, un reto
Integrante de una familia de campesinos, Martín depende completamente de su madre, una mujer de 56 años que carga con él a todas partes. Hasta ahora, Ciria se las había ingeniado para que la silla vieja funcionara para su hijo: para transportarlo, lo amarraba al soporte con alguno de sus rebozos. Ahora hay silla nueva, pero el futuro seguirá siendo un reto para ambos.