El coronavirus llegó a México y afectó todo: la salud, la economía, la vida, incluso aún más el sistema educativo, que por años ha tenido deficiencias, sin embargo, con las clases en línea se han agudizado.
A través de la modalidad virtual, la Secretaría de Educación decidió que se debería continuar con el ciclo escolar con el objetivo de rescatarlo y evitar los contagios exponenciales con las clases presenciales, pero aparentemente la meta no se está cumpliendo, debido a que una gran parte de los estudiantes de nivel básico y medio superior no cuentan con los recursos para acceder a ellas, como computadoras, internet y dinero, además de los problemas técnicos que se presentan en las plataformas.
Por otro lado, también está la falta de interés por parte de los estudiantes, pues últimamente solo hacen tarea y actividades para obtener una calificación, pero no prestan atención a lo que comentan los maestros (y aunque se haga no es el mismo tipo de aprendizaje), no leen, no entienden lo que escribe, no asisten a clases en línea y si lo hacen no dan el respeto debido a los maestros, no tienen madurez suficiente para pensar en la situación y lo difícil que es para los docentes.
Las clases en línea afectan también a los maestros, llamar la atención y controlar a un grupo con un mínimo de 30 estudiantes ya es un trabajo difícil, aun estando en persona. Y bueno ningún maestro está preparado para dar clases en línea; sin embargo, buscan estrategias para los alumnos que no pueden o se les dificulta ingresar a las plataformas.
A todos nos está afectando esta pandemia y no solo en cuanto a educación, nos afecta en todos los ámbitos, ninguno de nosotros estaba preparado para esto, lo único que debemos hacer es seguir tomando las medidas de precaución; quizá no podemos controlar lo que vendrá, pero sí podemos asumirlo, vivir en el presente y hacerlo con nuestra mejor cara.