En el estadio de Atlihuayán hay dos Andresmanueles; uno tiene la cabeza enorme y tatuajes en los brazos, el otro acaba de entrar entre porras y empujones. Lo escucharán miles, y a cada momento esos miles se desvivirán en aplausos y ovaciones. Al otro no lo escucharán; lo mirarán, le sonreirán, y a cada momento habrá quien se acerque a tomarse una foto con él.
-Mi oficio es la pailería y esa es mi pasión. Yo era de las personas que no se meten en la política y creía que estaba bien, pero ahora me sumo a mis amigos y venimos a apoyar a nuestro candidato -me dice Andresmanuel cabeza grande, cuyo verdadero nombre es Rodrigo Neri, un hombre de 34 años, habitante de Jiutepec, que lleva dos días usando la cabeza de Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES) a la Presidencia de México, posando para fotografías del recuerdo.
Son las 17:03 horas del jueves 03 de mayo y en la puerta del estadio hay demasiado sol y demasiada gente. A la izquierda, un grupo de médicos se prepara para atender a los infartados, en caso de que los haya. A la derecha, un hombre grita que Andrés Manuel, el verdadero, ya viene, que formen una valla humana para que pase sin problemas. Los jóvenes sacan sus teléfonos y los preparan para las selfies. La alfombra de Andrés Manuel será el agrio olor de sus axilas, sus gotas de sudor y varias manos extendidas que anhelan un contacto.
Los seguidores de Andrés Manuel, aquí, en Atlihuayán, son gente que parece no tener mucho. Uno advierte, de tanto en tanto, una piel blanca, impoluta, y un agradable perfume brotando de esa piel, pero en la mayoría de los casos es gente que no, de piel oscura y ropa desgastada.
-Nosotros creemos en él y por eso estamos en este movimiento, para no estar en la calle- me cuenta Fidel Valdez, 26 años, cuya familia descubrió hace seis años que las playeras y gorras con el logotipo de Morena se venden más que la ropa típica del Estado de México.
Cuando López Obrador está en campaña, los Valdez salen de casa y se llevan todo lo que tienen para vendérselo a sus seguidores. Hoy, sin embargo, las ventas no han ido demasiado bien.
Dicen que los actos de campaña de Andrés Manuel producen infartos. Lo dice Irving Peralta, médico integrante del proyecto "Salud Dando", conformado por un grupo de jóvenes que comulgan las ideas de López Obrador y que acuden a sus mítines para atender a sus seguidores.
-Suele haber deshidratados, gente a la que se le baja la presión, se les sube la glucosa y algunos posibles infartados.
-La gente se emociona mucho, ¿no?
-Sí, exacto. Hay también mucha gente que se amontona, que se empuja y algunos golpeados, tranquilo en ese aspecto. Lo más grave: algunos posibles infartados en eventos pasados.
-Ningún muerto-, concluye, aliviado.
Este grupo de jóvenes, según cuenta Irving, lleva varios años llevando servicios de salud a comunidades marginadas de Morelos.
-No es una iniciativa nueva, pero congeniamos con las propuestas del partido y por eso estamos aquí.
A lo lejos, el candidato se despide. De este lado, Andrés Manuel cabeza grande hace lo mismo.
Siento algo muy bonito. Por dentro de esta careta yo estoy contento y lo hago con mucho gusto porque la gente quiere a nuestro Peje