A la iniciativa “Guardias de Seguridad Comunitaria” de la comunidad de Huautla se sumaron cinco poblaciones de Tlaquiltenango contra grupos delictivos, las cuales piden respeto a las autoridades municipales y estatales que no pueden abatir el problema.
Los comités de vigilancia comunitaria que se armaron desde hace más de tres años contra el robo de ganado, tomaron otro giro cuando mataron a una mujer de esta localidad, además de las llamadas de extorsión y otras amenazas que los obligaron a formar las brigadas de seguridad.
“No somos autodefensas”, aclaró un grupo de vecinos, al trascender que colocaron una lona hace un par de semanas en la entrada que coincide con el movimiento de los Altos de Morelos. A raíz de eso, afirmaron, el Ejército y la Marina llegaron, pero sólo de manera espontánea.
Los vecinos de al menos cuatro comunidades como Rancho Viejo están obligados a pasar por Huautla, quienes se sumaron a las nuevas medidas de seguridad, molestos por los robos de ganado y animales de traspatio. Advierten que la falta de fuentes de empleo los obliga a trabajar en la producción del campo, de ganado, para sobrevivir a 27 años del cierre de la mina de Huautli que era la única fuente de empleo para la gente de esta zona, por lo que muchos habitantes tuvieron que irse de “mojados” para mantener a sus familias.
Las poblaciones que tuvieron que adaptarse a las duras circunstancias no se escapan de los abigeos, amantes de lo ajeno e incluso de la delincuencia organizada que ha azorado a la gente de esta zona. Sin embargo, “la gota que derramó el vaso” fue el homicidio de Angelina Olguín Pliego, quien tenía 75 años de edad, y a quien dispararon en el interior de su vivienda ubicada en la calle Ignacio Zaragoza para robarle; hechos que se dieron a mediados de junio del año pasado.
La gente rompió el silencio y expuso que había gente extraña, que realizaban extorsiones, las cuales se sumaban al robo de ganado, por lo que se organizaron para vigilar de día y de noche. Y aunque han arreciado las llamadas anónimas amenazando a los “guardias comunitarios”, la gente no va a bajar la guardia, pues quieren proteger lo suyo.
En cuanto oscurece, los automóviles y camionetas que pasan por la comunidad son revisados minuciosamente, comentaron los vecinos de Huautla, destacando que se montan guardias y se hacen recorridos, ya que les han advertido de gente que se mueve cerca de poblados vecinos.