Comerciantes de las plazas Lido y Degollado, así como la llamada fayuca, afirmaron que han trabajado para eliminar gradualmente la “piratería”, pero al mismo tiempo han sido abandonados por las autoridades de todas las dependencias, sin embargo, mientras ellos han cumplido, no cuentan con la promoción, la atención física y gradualmente los locales han cerrado, lo que provoca una disminución en sus ventas de hasta 80 por ciento.
Ante la pasividad de las autoridades de los tres niveles de Gobierno, indicaron que el comercio ambulante aumenta, y muchos prefieren cerrar sus locales para trabajar en las banquetas. Además, ahora, los locales de ambas plazas muestran una venta mayoritaria de ropa, artículos de temporada, escolares y de belleza; gradualmente se ha ido retirando la venta de discos pirata.
Diana Olimpia Hernández Ávila, a nombre de los comerciantes de plaza Lido, lamentó el abandono desde hace más de tres años, ya que cada año la gente cierra sus locales; “no hay personas que compren, no tenemos mercadotecnia, ninguna ayuda por parte del Ayuntamiento de Cuernavaca”, precisó.
Cabe señalar que aunque los locatarios cumplieron con el llamado de la comuna capitalina respecto a alinearse e contribuir, incluso, con recurso económico; “la autoridad ha sido omisa, las puertas de los baños de la plaza tienen más de dos años que están tiradas, no existe promoción, ni apoyo de nada”, señaló.
Por eso, está latente el que salgan a las calles, dejen los locales y se asienten en la vía pública, porque hay perdidas hasta de 80 por ciento en 2018. Por su parte, Mario Lara López de la Coalición de Comerciantes de las plazas Lido y Degollado, explicó que los locatarios han cumplido con desterrar gradualmente la piratería del lugar, pero la autoridad no cumplió con sus promesas de campaña, lo cual se agudizó con el nombramiento de funcionarios que colocó en varias áreas.
“La inversión en los mercados se canceló con este Ayuntamiento, hubo que bajar recursos federales por medio de secretarías, y que llegó un poco para sostener al menos y no dejar morir a las plazas”, subrayó López.
Mientras la fayuca y los comerciantes que en 1998 aceptaron salir de las banquetas, han entendido que la venta de piratería debe terminar, la autoridad tolera cada vez más a los ambulantes, todas las calles del Centro Histórico se están llenando de puestos, por lo que si continúa esta tendencia, el siguiente paso será salir a la calle.
Por lo que en casi cinco años no ha habido ningún operativo de la PGR, aunque a la autoridad no le afecte esto, la ausencia de los compradores sí, ya que en últimos años, las ventas han disminuido hasta en 50 por ciento; “la gente a partir del sismo comenzó a mermar la venta, y ya no salió a consumir”, agregó.