Música y diversión al borde de la autopista Cuernavaca-México

El tradicional apantle de Acapantzingo se transforma en el balneario más popular de Cuernavaca en este viernes santo

Katy Cárdenas | El Sol de Cuernavaca

  · viernes 15 de abril de 2022

El apantle se ubica a un costado de la autopista Cuernavaca-México. / Froylán Trujillo | El Sol de Cuernavaca

Con música de cumbia, este viernes familias enteras, personas solas o en pareja disfrutan de un chapuzón en el apantle “Los Pinos”, ubicado en la colonia Acapatzingo, justo al borde de la autopista Cuernavaca-México, a la altura del Paso Exprés.

Algunas personas disfrutan su lonche, o compran algún antojito que se vende en la zona; incluso una fresca cerveza para la “convivencia”.

Después de dos años de contingencia sanitaria, ciudadanos de varias colonias de la capital Cuernavaca acudieron al mediodía para nadar en uno de los apantles más concurridos durante esta temporada.

Catalino Cruz, residente de la colonia Patios de la Estación, llegó en compañía de sus hijas, hijos y su esposa, pues no había tenido oportunidad de visitar este lugar años atrás por el trabajo.

“Me invitó mi esposa yo nunca había venido. Todo bien hasta ahorita gracias a Dios; no trajimos comida ahorita vamos a comprar algo aquí mismo”, platica mientras recoge la basura en una bolsa negra ya que dice, “no me gusta dejar basura aquí, me la llevo a casa”.

Así como la familia Cruz, grupos de personas se deleitan con un chicharrón, papas, refrescos, ceviche, tacos acorazados, tortas, y gran variedad de alimentos.

En el puesto de “Cherry” se venden mariscos crudos como oferta principal, ella cuenta que generalmente vende en el mercado sobre ruedas que se instala en su colonia, pero este fin se semana opta por vender en el apantle debido a que es temporada alta.

Una vendedora de mariscos aprovecha la afluencia de visitantes para comercializar sus productos. / Froylán Trujillo | El Sol de Cuernavaca

“Esperamos a todas las familias a que se vengan a dar un chapuzón, que se vengan a divertir y que se vengan a comer un taco”, dice al recordar que por dos años disfrutar de este lugar no fue posible.

“La pandemia nos pegó a todos tanto en pérdidas familiares, morales, psicológicas y económicas”.

En tanto, Catalino sigue disfrutando del agua fresca del canal; sus hijos se sumergen, y otros más solo mojan los pies para refrescarse.

Chicos y grandes disfrutan de un momento de diversión en el apantle. / Froylán Trujillo | El Sol de Cuernavaca




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