Pese a las restricciones sanitarias por la pandemia, la tradición de Día de Muertos en el poblado de Ocotepec sigue en pie. Sin embargo, este año las ofrendas no estuvieron presentes en lo que fue la celebración a "San Lucas", tradición que consiste en darle la bienvenida espiritual a los difuntos que murieron de manera trágica durante el año.
En la capilla de la Candelaria, en el barrio Tlanehuic de Ocotepec, la señora Juana Flores Olivares, una de las primeras mujeres representantes de dicho barrio, explicó que ésta es una tradición parecida a la del 31 de octubre y 1 de noviembre, ya que en la ofrenda se simula el cuerpo del fallecido con pan y fruta encima de una mesa cubierta con un mantel blanco, colocando la ropa que el difunto solía vestir.
El 18 de octubre se celebra una misa para posteriormente llevar los arreglos de la “Ofrenda Nueva” al panteón, pero este año, refirió, los familiares de los fieles difuntos se negaron a poner un altar, quedando solo con la misa y las fotografías presentes de sus familiares, en su mayoría hombres jóvenes.
El 18 de octubre se recuerda a aquellas personas del poblado que murieron de manera trágica, el día de San Lucas.
Esta fiesta inicia nueve días antes con el novenario para dar paso el 17 de octubre a la instalación de las ofrendas que incluye todo lo que le gustaba al difunto, desde bebidas, dulces, guisados, juguetes y accesorios, sin faltar la flor de cempasúchil que se coloca como camino hasta la vivienda.