Basta con dar el primer paso por muy cuesta arriba que parezca el camino, la recompensa para una mujer que llega al éxito profesional suele ser tan satisfactoria, como cuando te quitas esas zapatillas que tanto te torturaron durante el día y finalmente llegas a tu casa y ves a quien te esperó durante horas, llámese hijos, esposo, perrijos, madre, padre.
Para Liliana Saucedo, Asesora de Ventas de una agencia automotriz, la decisión entre quedarse en casa o trabajar para desarrollarse profesionalmente tuvo que tomarse sin darle tantas vueltas; un divorcio y un pequeño hijo a su cargo le impidieron quedarse pasmada, cuenta.
Me vi en la necesidad de salir y buscar el sustento, le llamé a mi mejor amigo y él me invitó a que trabajara en el mundo automotriz; soy comunicóloga pero nunca ejercí.
Ya iniciando su día laboral, Liliana compartió que 8 años atrás cuando comenzó a trabajar no sabía siquiera que era un gato hidráulico, no sabía manejar, pero con el paso de los años aprendió mucho.
El área en el que trabaja no es un mundo fácil para las mujeres, como en muchos casos para el género, ellos llevan un poco de delantera, pero reconoce que se ha encontrado a hombres que la han apoyado y han sido solidarios con .
Para ellos es un poco más fácil son más técnicos a la hora de explicarles el equipamiento a los clientes, pero cuando algo te gusta lo logras.
Su vida dio un giro total, pasó de depender económicamente de alguien a ser autosuficiente, teniendo ingresos propios ha logrado sacar adelante a su hijo con quien vive y la recibe con admiración, cada tarde o a veces noche, según la carga de trabajo.
Liliana reconoce que para los hombres, las tareas son menos porque "ellos trabajan, llegan a su casa y ahí se acaban las responsabilidades, por supuesto que existen hombres que ayudan en el hogar; pero la carga moral es para nosotras porque llegamos a hacer tareas escolares, la cena, entre otras".