Sin lugar a duda la pandemia ha modificado de manera trascendental las relaciones humanas, el distanciamiento físico, las labores desde casa y en la virtualidad, por mencionar lo menos, establecen un panorama de cambios profundos.
Sin embargo, no hay cambios que realmente modifiquen la realidad cotidiana de la vida de las mujeres; por el contrario, mucho se ha hablado de las violencias exacerbadas al interior de las viviendas, el incremento de labores y responsabilidades, así como la dificultad para solicitar ayuda, apoyo o auxilio en el confinamiento.
Para ejemplificar lo anterior les comparto los datos que hemos registrado tomando como fuente de información los propios medios de comunicación.
El 2020 concluyó con 80 feminicidios; 45 de ellas fueron asesinadas con arma de fuego. Los municipios con mayores registros son Cuernavaca con 18, Jiutepec con 8, Temixco y Cuautla con 6, Yautepec con 5 y Tepoztlán con 4. Sobre éste último cabe mencionar que no se encuentra dentro de los ocho que cuentan con Declaratoria de Alerta de Violencia de Género, pero, además, por primera vez se registran Temoac con dos -una de ellas asesinada a pedradas-, Hueyapan y Jantetelco.
Y si estos datos no son suficiente para indignarnos, agrego que 8 de ellas eran niñas; una de tan sólo nueve meses de nacida.
Así que cabe preguntarnos en medio de todos estos cambios, ¿seremos capaces de transformarnos hacia una sociedad menos violenta y más empática? Ustedes, ¿qué opinan?