Libertad, disciplina y coordinación son sólo algunos de los múltiples beneficios que la danza y el ballet proporcionan a los niños, jóvenes y adultos. Sin embargo, como todo deporte exige dedicación y constancia.
La contingencia sanitaria por la pandemia de Covid-19 modificó prácticamente todas las actividades educativas, aún más las extracurriculares, pero hay profesores que utilizan esta coyuntura para poner en práctica sus conocimientos y reinventarse en favor de sus alumnos. Es el caso de la profesora Claudia Soto Luna, quien practica el ballet desde los dos años. Ella es cofundadora de “École De Danse Menuet”.
Claudia menciona que la nueva normalidad también implica un cambio de mentalidad, tanto en los menores como en los padres de familia; aceptar que los sistemas educativos que se conocían han finalizado, y que se tienen que proponer nuevos.
“Como maestra me sigo preparando. Nos tocó con la pandemia resetear y reinventar una nueva forma de enseñanza-aprendizaje con una clase dinámica”.
“École De Danse Menuet” cumplió ya once años de formar a niños, niñas, y jóvenes dentro de la disciplina de la danza, pero desde marzo de 2020 tuvo que implementar las medidas sanitarias e incluso trasladar las clases al campo virtual para garantizar la continuidad: “Si eres docente tienes una responsabilidad con el alumno”.
Si bien Claudia reconoce que las clases virtuales son un reto para los docentes, al igual que para los alumnos y los padres de familia, considera que los menores tienen un mejor proceso de adaptación.
Desafortunadamente hay más resistencia en los padres de familia, ya que en ocasiones creen que debido a que las clases se imparten vía Zoom no brindan los mismos beneficios que las presenciales, por lo que no están dispuestos a pagar por ellas.
Al respecto, Claudia enfatiza que los beneficios sí son significativo incluso en esta nueva modalidad virtual; ella misma es testigo de cómo sus alumnos canalizan sus emociones a través de la expresión artística, de cómo, desde casa, encuentran un momento para concentrarse en sí mismos y aprovechar las ventajas del nuevo sistema.
“Tenemos que entender que, nuestros pequeños en tiempos de pandemia se encuentran estresados, ansiosos y que la danza puede ser para ellos un desfogue de energía y un canal de expresión que pueden desarrollar desde su casa con la guía de un profesor experto”.
Comenta que a través de estas clases, los menores comparten sus inquietudes, sus temores, y también mejoran sus conductas, lo cual también es un beneficio para los integrantes de sus familias.
“El arte no sólo te sirve para verte ‘bonita’ sino sirve para crecer física, intelectual y anímicamente”.
Las clases se realizan vía remota desde un espacio adaptado especialmente y que invita a la interacción total con los alumnos; con el uso de materiales que los menores tienen en sus hogares y que no generan gastos extra.
Por ello, Claudia invita a los papás a darse la oportunidad de conocer más sobre esta modalidad y brindar a sus hijos e hijas nuevas opciones para su desarrollo.
Creamos dinámicas para superar esta pandemia desde lo emocional haciendo florecer su potencial artístico.
Claudia Soto Luna, profesora de “École De Danse Menuet”
Beneficios de la danza:
- Acondicionamiento físico, que previene problemas de obesidad.
- Ayuda al desarrollo de la psicomotricidad, a la agilidad y coordinación de los movimientos.
- Ayuda a mejorar la elasticidad, el equilibrio y los reflejos.
- Desarrolla la expresión corporal y la memoria.
- Desarrolla la sensibilidad y la expresión corporal.
- Contribuye a corregir malas posturas.
- Relaja y libera adrenalina.
- Mejora la autoestima y la confianza.
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