La Diócesis de Cuernavaca pidió a los católicos y personas de buena voluntad a convertirse en verdaderos artesanos de paz, tomando el camino de la conversión con el objetivo de lograr la paz en el país.
En el IV Domingo Ordinario y retomando el llamado de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el obispo Ramón Castro Castro, conminó a la conciencia de todos los que causan sufrimiento y muerte, para invitarlos al arrepentimiento y conversión de vida, así como una exhortación a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para que en las distintas etapas y circunstancias de la vida no olviden que el mínimo gesto en favor de una paz digna y duradera es valioso e insustituible.
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Señaló que como una acción nacional, los obispos del país manifestarán dicho pronunciamiento a su feligresía, llamado "El Señor nos brinda con la paz", mediante el cual expresan su aliento a quienes viven comprometidos con la construcción de la paz y a quienes son responsables del entramado institucional que permite que la paz sea posible para todos.
Tras reconocer que la Iglesia es consciente de que la construcción de la paz es una tarea que pide atención permanente y que debe realizar en el corto, mediano y en el largo plazo, explicó que estarán trabajando con las herramientas que el papa Francisco ha propuesto para construir una paz duradera: educación, trabajo y diálogo.
Por ello, refirió, en el Proyecto Global de Pastoral 2031-2033, entre las seis opciones pastorales que consideran prioritarias, establecen en primer lugar la opción por una Iglesia comprometida con la paz y las causas sociales.
Recordando el mensaje del Papa Francisco para la 55º Jornada mundial de la Paz, el jerarca religioso destacó la importancia crucial de que no falte en las escuelas la educación en la paz, para que todos los niños y jóvenes sepan que un "México en paz es posible", así como exhortó a las familias a fomentar el diálogo entre los jóvenes y los abuelos considerando que es la mejor escuela para La Paz.
“México, como todas las naciones, tiene que orientar y emprender su camino hacia una vida en paz, con salud y sustentabilidad. Para ello necesitamos participar, aportar y colaborar todos, como personas, comunidades e instituciones responsables”.
Ante todo los hechos de violencia e inseguridad que se vive a lo largo y ancho del país, que se ponga en evidencia que no son insensibles, acentuó monseñor Ramón Castro Castro.
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