El estadio Agustín “Coruco” Díaz, en Zacatepec, y el Centro Cultural Teopanzolco, en Cuernavaca, en el estado de Morelos, fueron dos de las obras más emblemáticas de la administración de Graco Luis Ramírez Garrido Abreu; en ambas la inversión fluctuó en los más de mil millones de pesos que se pagaron a empresas específicas mediante adjudicación directa, lo que hace parecer que en ambos casos hubo irregularidades, señala Gerardo Becerra Chávez de Hita, quien fungió como “Zar Anticorrupción” en la administración de Cuauhtémoc Blanco.
“El Zacatepec (el ‘Coruco’) fue la joya de la corona de la corrupción del gobierno de Graco Ramírez”, dijo Becerra, al recordar que en los años 2018, 2019 y 2020 se pusieron en marcha las investigaciones sobre los presuntos abusos cometidos por el exmandatario en obras que han resultado poco útiles para la entidad; sin embargo, para el caso de dicho centro deportivo no existe una denuncia de por medio debido a que no se realizó una auditoría que lo demostrara.
¿Cómo comenzó todo?
En 2013, poco después de asumir la gubernatura, Graco Ramírez comenzó la construcción del estadio Agustín “Coruco” Díaz, que se ubica en el municipio de Zacatepec, al sur del estado de Morelos; el estadio tiene una capacidad para 25 mil personas, según el Acta de la Octava Sesión Ordinaria del Comité de Obras Públicas con fecha 5 de septiembre 2013 bajo el expediente SOP/COP/010/2013; para los trabajos se solicitó a la entonces secretaría de Hacienda, Adriana Flores Garza, un presupuesto de 400 millones de pesos, respondiendo que había “suficiencia presupuestal” mediante el Programa de Inversión Pública Estatal (PIPE).
En el artículo Décimo Segundo se lee que la empresa AYPP Constructores S.A. de C.V. sería la responsable de la obra, pues cuenta con las “patentes” de los elementos que comprendería la edificación, y es por ello que se “excepciona” la licitación pública.
De acuerdo con el proyecto técnico, la obra se concluiría en cinco meses y consideraba: “albañilería, prefabricados (Trabes portantes Escalonadas y de Rigidez Perpendicular, así como Sistema de Gradería), acabados, instalaciones hidrosanitaria y eléctrica, voz y datos, sistema de riego, mobiliario, sanitario, rampas de acceso, cancha de pasto natural y planta de emergencia”.
La ofensiva
Fue a finales de agosto de 2014, con un año de retraso, que se inauguró el estadio albergando en un principio al equipo Club Atlético Zacatepec, que tras ser eliminado de la liga de ascenso se fue del estado.
“Siempre dijimos que era la joya de la corrupción, y no nos echamos para atrás. El Coruco tuvo dos constructores, ambos del estado de Puebla. Curiosamente, uno de apellidos López Chargoy, y otro de apellido Prida, el primero estaba inhabilitado en Puebla porque no cumplió con las obras que le hizo al gobierno de allá, y aquí lo contratamos”, cuenta Gerardo Becerra, responsable de “armar” las carpetas de investigación.
A decir de su experiencia en su paso por la administración estatal, el estadio debió costar 300 millones de pesos, pero al final la inversión fue de 900 millones de pesos, incluso más del doble de los 400 millones de pesos expresados en el proyecto técnico.
La obra no fue lo suficientemente capaz de soportar el sismo del 19 de septiembre de 2017, relata; daños en dos de las cisternas, como ejemplo, y que a la fecha no ha podido subsanar en su totalidad. A pesar de haberse localizado dichas inconsistencias, la denuncia no se presentó en la Fiscalía Anticorrupción, pues quedó pendiente de aplicar un peritaje en la obra como prueba irrefutable. Únicamente se hizo un peritaje interno en donde se daba cuenta del “sobreprecio” de la obra.
“Se me negaron los instrumentos para interponer la denuncia. Derruyeron el estadio y levantaron este mamotreto de elefante blanco. La obra le quitó trabajo a mucha gente porque al lado había un kínder y lo quitaron, en la parte de atrás había un estadio de béisbol que también quitaron”.
La defensa
José Montes, exdirector del Fideicomiso del Estadio Agustín “Coruco” Díaz en la administración de Graco Ramírez, comparte que la obra se dio en contrato directo porque era la empresa quien debía construir el estadio como si fuese un “Lego”, es decir, por piezas, y eran ellos los que tenían la “patente” de tales piezas.
“La prioridad que yo traté es que el empleo, como la venta de las cervezas, fuera para gente de la región; la empresa de seguridad privada fuera de la región sur, la gente que trabajaba en las taquillas, y me parece que lo logramos. Si bien el estadio no funcionaba todos los días, tenía partidos cada 15 días en el torneo regular, y partidos de copa de primera división entre semana”.
En estos partidos se tenían taquillas de más de 15 mil personas, lo que era “impensable'', dijo el exfuncionario estatal; llegaba además de gente de otros estados como Guerrero y Ciudad de México, y del propio estado de Morelos, llevando derrama económica a la región sur; “las peores entradas que tuvimos eran de 4 mil a 5 mil personas”.
El estadio generaba “identidad” para Morelos. De manera directa se beneficiaban a más de mil 200 personas entre vendedores de comida, cerveza, seguridad, además de otras 300 que alrededor llevaban a cabo una actividad.
¿Pero es una obra corrupta?
“Yo le preguntaría más bien a la gente que se beneficiaba con la obra, que recibía dinero, que trabajaba en el lugar. La derrama económica te puedo decir que cada persona gastaba en promedio 700 pesos que dejaba en la zona sur”.
La obra que ahora está prácticamente abandonada, señala, fue castigada por el gobierno de Blanco Bravo por el hecho de haber sido construida por Graco Ramírez; anteriormente se le apoyaba al equipo con el gasto de la energía eléctrica que significaban alrededor de 100 mil pesos, pero ya no se realizó.
Recordó que la serie Club de Cuervos, de Netflix, grabó capítulos al interior del estadio, utilizando incluso a personas de la misma localidad como “extras” que también recibieron recursos.
Centro Cultural Teopanzolco, la contraparte
A diferencia del estadio, el Centro Cultural Teopanzolco ubicado en el municipio de Cuernavaca, tiene un uso constante. Ahí se realizan desde informes de gobierno, entrega de reconocimientos, obras de teatro y danza nacionales e internacionales, hasta clases de yoga los sábados, pero dentro de su proceso de construcción existen varios señalamientos que delatan un abuso en el costo que tuvo para el erario público.
Enclavado en la calle Río Balsas número 22 de la colonia Vista Hermosa, justo enfrente de la zona arqueológica Teopanzolco; la obra que tiene una superficie de 7 mil metros cuadrados fue inaugurada en 2017.
“El edificio se organiza a través de dos elementos, una planta triangular que contiene los programas públicos (vestíbulos, servicios, taquillas, guardarropas, auditorio) y una plataforma que lo rodea y que aloja las zonas privadas de operación (camerinos, bodegas, zonas de armado) incluyendo una caja negra para usos múltiples. La plataforma horizontal que rodea la planta triangular sirve como mirador hacia la zona arqueológica y hacia la ciudad.
El gran basamento contiene una serie de patios, uno de ellos se hunde frente al acceso secundario del auditorio y crea un pequeño teatro al aire libre. Esta plataforma es capaz de generar espacios exteriores diversos y resolver los accesos secundarios al interior del auditorio o a la misma plataforma, además de incorporan los grandes árboles existentes del lugar”, describe la página archdaily.mx, de Isaac Broid.
Según el sitio oficial del Centro Cultural Teopanzolco se han presentado más de 200 eventos “de múltiples disciplinas”, conciertos, más de 6 mil artistas en escena y un promedio de 80 mil visitantes.
¿Se pagó por el más del doble?
Chávez de Hita comparte que en sus investigaciones se encontraron inconsistencias en el gasto que representó, pues tuvo una inversión de más de 400 millones de pesos, cuando debió haber costado alrededor de 200 millones de pesos, dado su “equipamiento especial”, que no se ha podido comprobar.
“Yo hubiera remodelado, porque ahora se convirtió en un lugar elitista, y no es que esté en contra de que la gente de élite tenga un lugar, pero para poder entrar se tiene que pagar, y muchos eran públicos, desde llevar ahí ferias de la primavera, hasta actos políticos, informes, tomas de protesta”.
En noviembre pasado el Teopanzolco cumplió 5 años de su construcción, y fue la bailarina Bianca Marroquín, quien ha tenido presentaciones en Broadway, la protagonista de dicho aniversario, en su anuncio oficial al lado de gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, aceptó: “Es el auditorio más bonito que he visto”.
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