El obispo de la Diócesis de Cuernavaca, RamónCastro Castro, ofreció la misa dominical por las personas queperdieron la vida y fueron afectadas por el sismo; hizo un llamadoa la conversión y precisó estas situaciones de la naturaleza“no significan el fin de los tiempos, sino el tiempo del fin atodas las actitudes negativas”. Convocó a los políticos a queno utilicen el dolor del pueblo y su solidaridad paracampañas.
A las peticiones del representante de la iglesiacatólica, se unieron los feligreses, quienes asistieron a rogarpor los que perdieron sus hogares o la vida entre losescombros.
“Los pueblos que se levantan de unadesgracia, adquieren una sabiduría que modifica su historia. Si nocambiamos ahora, no lo haremos nunca”, explicó CastroCastro e invitó a iniciar por uno mismo.
En su homilía hizo una reflexión sobre el miedo quetienen las personas debido a los acontecimientos; apuntó:
“Muchos preguntan: ¿será el fin de los tiemposque dice Jesús? Yo creo, hermanos, que es tiempo de finalizarnuestro egoísmo, soberbia y pecado; momento de cambiar. Notengamos un corazón de piedra: nuestra vida pende de un hilo y seva rápidamente”.
Castro Castro reiteró el llamado a la conversión alas autoridades y partidos políticos: “no utilicen eldolor del pueblo y la solidaridad de los mexicanos para sacarprovecho en sus propagandas políticas. Eso esmaldad”.
Él y los asistentes solicitaron que los recursos delfondo de desastres sean entregados para reconstruir el paíshonestamente.
“La ayuda no está llegando a comunidades másalejadas, como en Puebla. La situación en las construcciones esgrave, principalmente en la iglesia de Jesucristo de los Santos delos Últimos Días y Mormones”, dijeron.
Los daños en otros templos fueron mínimos y elprelado reconoció la participación de los jóvenes, que se hanvisto proactivos.