Opositores a la termoeléctrica denuncian intimidación

La constante presencia de la Guardia Nacional tiene un efecto disuasivo en quienes rechazan la planta de Huexca

Emmanuel Ruiz | El Sol de Cuautla

  · martes 29 de diciembre de 2020

Fuera de las instalaciones de la planta termoeléctrica de Huexca, en el municipio de Yecapixtla, donde desde mediados de diciembre un grupo de habitantes mantiene un plantón en oposición a la operación de la central de ciclo combinado de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Teresa Castellanos Ruiz, del movimiento Huexca en resistencia, denunció la constante presencia de vehículos y elementos de la Guardia Nacional (GN) en la zona como un acto de intimidación por parte del gobierno federal contra los opositores a este megaproyecto.

“Nos están intimidando con sus fotos, con sus videos; incluso, llegan a subir el celular hasta arriba para que los veamos, que nos están grabando. ¿Por qué tanto miedo, si es una empresa avalada por el pueblo?”, cuestionó la activista, a manera de denuncia.

Finalizada la conexión del acueducto de la termoeléctrica con la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Cuautla (PTAR), los opositores al funcionamiento de la central instalaron un nuevo plantón de resistencia a la espera del momento en que ésta se inaugurada, sobre todo cuando el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, anunció que ello ocurriría a fines del año actual.

En las últimas semanas, el movimiento Huexca en resistencia ha reportado una mayor presencia de elementos y vehículos de la GN, que en varias ocasiones han ingresado a las instalaciones. Desde fuera, es común ver al personal utilizar sus teléfonos celulares para tomar fotografías de quienes se acercan al lugar.

“No estamos haciendo nada ilegal, pero los que están ahí arriba, los de la guardia, en la entrada de la termoeléctrica, sí están haciendo cosas indebidas”, dijo Castellanos Ruiz.

Con un presupuesto de 20 mil millones de pesos, la central de ciclo combinado inició su construcción en el año 2012, previendo que sus operaciones arrancaran en 2015. Sin embargo, el hecho de que el megaproyecto no fuera socializado entre la comunidad hizo que, desde el principio, los habitantes se inconformaran con su construcción, algo que finalmente no pudieron evitar. Desde el pasado 20 de diciembre, al exterior de la central pueden leerse las últimas pintas de rechazo realizadas por los simpatizantes del movimiento de oposición.