Muchas niñas, niños y adolescentes padecen de violencia y abuso sexual por la omisión de cuidado, reconoce Ana Salinas de la asociación "Misión AEI" al tiempo que hace un llamado a padres de familia y tutores a tener mayor convivencia, comunicación y actividades con sus hijos.
La asociación está integrada por un equipo de profesionistas voluntarios quienes desde septiembre de 2017 emprendieron acciones para atender las emociones que enfrentaban varias familias tras el sismo del 19 de septiembre; desde entonces han continuado con una serie de talleres y cursos en coordinación con autoridades municipales, el Sistema DIF Jojutla y las autoridades educativas de diferentes planteles de nivel primaria, secundaria y bachillerato.
Trabajan con técnicas como aromaterapia, danzaterapia, terapia ocupacional infantil, risoterapia, teatro reflexivo, abrazo terapia, masajes terapéuticos, logoterapia con el tema de valores y el taller de sicología con el tema "Emociones básicas" y en adolescentes contra adicciones y suicidios.
"Nos hace falta volver a humanizarnos, hace falta volver a rescatar los valores humanos, parece como una cantaleta de los últimos años, se están perdiendo los valores y es que les estamos dando poca importancia a la educación y la oportunidad de acompañar a otro ser humano y de implementar valores, por eso hay mucha violencia desafortunadamente", comentó la especialista en sicología.
Agregó que han detectado que hay mucha omisión de cuidados, por el trabajo, padres y madres incurren en el abandono físico, dejan a los menores al cuidado de otras personas; "entendemos que estas generaciones de padres tenemos que trabajar ambos, porque la vida es cada vez está más cara, es entendible que hay una justificación real".
Ana Salinas señaló que por la falta de cuidados a nivel emocional, los hijos y las hijas se sienten abandonados y eso es importante porque probablemente los padres no tienen la intención de hacer daño, pero a nivel inconsciente ese abandono por priorizar el trabajo o las horas laborales repercute en los menores y al final tiene un costo emocional, que pueden subsanar dando tiempo de calidad, con dinámicas de juegos que permitan interactuar padres e hijos.
"Por eso hacemos estas dinámicas de integración familiar, de comunicación afectiva, hacemos estas dinámicas de que estén haciendo actividades entre padres e hijos para que ahí se puedan hacer esos vínculos que probablemente por el día, la prisa, la falta de tiempos no le han puesto atención o por la misma cultura, por la crianza de los padres de que no tuvieron ese ejemplo de que hay que abrazar, hay que decirles que los quieren".
Para la especialista es necesario vincular a los miembros de la familia para que se dé la posibilidad de identificar la situación que está incomodando, que está afectando y que el adulto que está a cargo del menor se dé cuenta.
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