En las últimas semanas, los habitantes de varias comunidades marginadas del estado de Morelos han formado parte de la campaña “En casa y sin alimento”, impulsada por Antorcha Campesina y que busca evidenciar la falta de apoyo alimentario por parte de los tres niveles de gobierno durante la contingencia sanitaria causada por el Covid-19.
“No hay opciones para paliar el hambre en miles de hogares y disminuir el contagio del virus”, describió, en su momento, Soledad Solís Córdova, líder del movimiento antorchista en el estado de Morelos.
La protesta, que se ha extendido en municipios como Totolapan, Ayala y Yautepec, ha venido acompañada de una acción: en el momento en que se manifiestan, las familias cuelgan trapos blancos dentro y fuera de sus hogares, un elemento que se ha convertido en un símbolo contra la pobreza y la exigencia de alimentos al gobierno.
En Ayala, la protesta se ha llevado a cabo en la comunidad de El Vergel, lugar donde familias como la de Rosa Reyes Mendoza afirmaron no ser escuchadas por ningún gobierno mientras que la situación económica empeora.
Se trata de familias que también dependen del campo, pero que tampoco habrían recibido fertilizantes para poder trabajar sus tierras, según dio a conocer el movimiento antorchista. En este sentido, Rosa Reyes exigió al gobierno federal apoyarlos con fertilizante:
“Somos del campo y no tenemos abono para empezar y queremos que nos cumpla lo que ha prometido”, expresó.
El levantamiento de trapos blancos también ha llegado a zonas de otros municipios de la región, como Cuautla, Jonacatepec, Totolapan, Yecapixtla y, recientemente, Yautepec y Cuernavaca, donde las familias acusan la falta de apoyo gubernamental para sobrellevar la cuarentena, una situación que se ha agravado con el recrudecimiento en la falta de empleo.