Luego de los hechos ocurridos en Totolapan cuando un grupo de pobladores quemó el vehículo en el que se transportaban tres personas que habrían intentado robar aguacate en una huerta del municipio, el responsable del área de Desarrollo Agropecuario, David Ramos Oliveros, considera que el robo de huertas es una constante que afecta gravemente a los productores no solo de Totolapan sino de localidades como Tlalnepantla y Tlayacapan.
Debido al precio al que se vende, el cultivo de aguacate es uno de los más valiosos y es, también, uno de los más afectados por este delito.
Al final quien llega a robar una huerta de aguacate va por todo, son pérdidas completas para una familia, pérdidas muy fuertes.
A nivel local, los productores de Totolapan han buscado organizarse entre vecinos para vigilar sus cultivos y con ello proteger su trabajo hasta cierto punto. Además, cuentan con el apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública cuando se registra un incidente. Sin embargo, Ramos Oliveros consideró que para resolver el problema es necesaria una solución que implique no solo la vigilancia policiaca, sino una reforma legal que tipifique el robo de aguacate como un delito grave.
“Castigar de forma más severa el robo de aguacate; no se les ha hecho caso a los productores, lo toman como un simple robo a las personas, pero no ha habido un castigo más severo, y mientras no se reforme la Ley ante el Congreso del estado vamos a seguir con lo mismo”, consideró.
En Totolapan existen unos 200 productores de aguacate organizados, pero la cantidad de personas que se dedican al cultivo de esta fruta podría ser de hasta mil 200, considerando a quienes lo siembran en menor cantidad.
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