A casi mes y medio de no recibir el subsidio por parte de la Secretaría de Bienestar, los propietarios y trabajadoras de las estancias infantiles subsisten a duras penas, con el apoyo de los padres y con algunos ahorros que algunos tienen para no bajar la calidad en la atención de los menores de edad. Confían en que la Cámara de Senadores pueda revertir esta medida.
Ante temor a las represalias, las empleadas no quisieron dar sus nombres, tampoco la estancia a la que están asignadas. Y es que dijeron "no podemos decir algo que vaya a ser mal interpretado por nuestras autoridades".
Explicaron que a la fecha han buscado diferentes formas para la manutención de las estancias.
Unos han tenido que pedir prestado; otros afortunadamente tenemos un pequeño colchón pero esto ya se tiene que resolver.
Expresaron que si esta esta vez se rinden seguramente ya no volverán abrir, y es que los gastos son demasiados, la renta de los inmuebles está entre 10 a 15 mil pesos, y aunque algunas estan en su casa no la tienen fácil.
Por su parte, Jorge Meade, ex funcionario de Sedesol, afirmó que a su llegada había en Morelos 180 estancias infantiles pero al ver el beneficio el gobierno federal aprobó otras 120 y llegaron hasta 300 en las que se atendían a 10 mil niñas y niños. Por eso, apunta que todo lo dicho por funcionarios federales son apreciaciones equivocadas; "si existen irregularidades, que se denuncien y se entregue información concreta. Es necesario el apoyo pues las jefas de familia representan 37 por ciento en Morelos"
Destacó que en todo caso el programa debería ser perfeccionado.
Las estancias infantiles como programa de política pública ha logrado su objetivo y debería ser perfeccionado.