Contar con una mochila de emergencia es uno de los pasos básicos del Plan Familiar de Protección Civil. Pero, ¿qué debe contener esta ante algún escenario de tragedia que pueda llegar a registrarse?
Aquí te decimos, a propósito del cambio a color amarillo fase 3 por la reciente actividad del volcán Popocatépetl.
Primero, la mochila debe tener un tamaño regular, pues necesitarás varios artículos para salvaguardar tu integridad y la de tus seres queridos.
De acuerdo con la Coordinación Estatal de Protección Civil del Estado de Morelos, la mochila debe contener:
- Cuatro raciones mínimas de 2 mil 400 calorías cada una de productos que estén enlatados o vengan en empaques ligeros, por ejemplo, atún, galletas, barras de cereal, chocolates, frutas deshidratadas, etcétera.
- Al menos 3 litros de agua
- Cuatro sábanas térmicas
- Un paquete de toallitas húmedas, en primera instancia.
- También deberás llevar contigo medicamentos, sobre todo los de uso continuo por prescripción médica, así como un botiquín de primeros auxilios.
- También tendrás que añadir un juego de llaves de las puertas de tu casa, vehículo, e incluso tu trabajo u oficina.
- Un radio AM/FM será vital para que puedas estar al tanto de las noticias que surjan en torno al desastre por medio de canales oficiales. Por supuesto, deberás agregar varias pilas de repuesto.
- Un directorio con los números de emergencia de las autoridades, así como de familiares y amigos.
- Dinero en efectivo.
- Documentos importantes de la familia en original y copia, tales como acta de nacimiento, pasaportes, credenciales de afiliación a los servicios de salud (carnet), comprobantes bancarios, acta de matrimonio (en su caso), credencial del INE, los cuales deben ser puestos de preferencia en una bolsa blanca.
- Es importante tener un mapa de tu comunidad para ubicar centros de salud, hospitales, casetas de policía, refugios temporales, etcétera.
- Una linterna y un silbato también te serán de mucha utilidad, por lo cual se recomienda agregarlos.
Se recomienda dejar la mochila en un lugar visible y accesible, revisar el periodo de caducidad de los alimentos y reemplazarlos cada cierto tiempo.