La pandemia por Covid-19 ha obligado a transformar no sólo los hábitos de salud sino también los educativos, de alimentación, viajes, comunicación, trabajo, y en este último aspecto también el oficio más “antiguo del mundo” se ha tenido que adecuar a las nuevas formas usando la tecnología a su favor, y aunque esto ya se utilizaba fue durante los últimos años cuando el uso se incrementó.
Con nombres ficticios como “Andrea”, “Zarita Puchita”, “Carla Buena”, “Reyna Bbsota”, “Aylin”, mujeres y hombres ofrecen sexoservicio por medio de plataformas como Facebook y Twitter, ofrecen a los usuarios acudir al lugar que les digan, pero antes le solicitan hacer un depósito en una cuenta de banco o las ofertadas por tiendas de conveniencia bajo poca información requerida y menor costo.
“Hola, presto servicios sexo oral, anal, vaginal, 900 3 horas, fotos, videos y videollamada, por 150 todo es con el 50 por ciento, no busco amigos, no contesto tonterías…si te interesan videos y fotos son 15 y 15 me mandas el depósito en cualquier Oxxo y te las envío…” (sic), detalla una de las tantas cuentas que ofrecen dicho servicio.
Basta con responder un “hola” para que la usuaria envíe las ofertas. Otras más ofrecen “trato de novios”.
Todo esto se ofrece mediante “inbox” que han sustituido las ofertas presenciales en calles de la ciudad.
Prostitución ligada al delito de trata
Organizaciones civiles como Género 33 señalan que el sexo servicio va muy de la mano del delito de trata de personas, ya que aun cuando este “oficio” es permitido en México, una vez que las personas cumplan 18 años de edad y mientras lo ejerzan de manera libre, un gran número de mujeres lo hacen bajo amenazas.
En el informe denominado “Segunda mirada desde las organizaciones de la sociedad civil”, hecho por Hispanics in Philanthropy (HIP) y concluido en junio de 2021, en Morelos existen tres municipios catalogados como zona de riesgo por el “origen, tránsito o destino” de personas con fines de explotación sexual.
“Jiutepec, Cuernavaca, Cuautla”, esta último localidad se ha agregado en los últimos años. La entidad se encuentra en la región centro junto a Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala, Estado de México, Michoacán e Hidalgo, justo en la que se concentran más de 43.9 millones de habitantes.
En el informe, algunos de los hallazgos fue que “se identificó la presencia de trata de personas en todos los estados de esta región, con la aparición de Hidalgo como estado de enganche, tránsito y destino. Estado de la región que no había sido incluido en el 2017 debido a que no había sido mencionado por las OSC. A su vez, en cinco de los seis señalados en 2017 se detectó un incremento de zonas de riesgo y presencia de trata en las alcaldías y municipios de la región. Nos referimos a zonas de riesgo debido a que en estas se han logrado identificar como zonas de enganche, tránsito y materialización de la trata (explotación)”.
En esta región del país se ha agregado otro fin de la trata de personas: mendicidad forzada, además de extracción de órganos, trabajo forzado y prostitución forzada; son las y los jóvenes de 16 a 22 años de edad “,aunque también se habla de niñas de 10 años, mujeres y hombres indígenas, niñas, niños y adolescentes; migrantes hombres y mujeres estudiantes de telesecundaria rural o bachilleratos urbanos; adolescentes embarazadas o con hijos o hijas; personas jóvenes entre 16 y 19 años para extracción de órganos, migrantes internos, niños y niñas, mujeres y hombres adolescentes, profesionistas en edad laboral entre 20-35 años, población LGBT+, personas que no hablan español, madres que viajan con hijos e hijas pequeños”.
En 2015, Morelos reportó 18 delitos de trata, para 2016 bajó a 12, luego en 2017 fueron 10; en el 2018 reportó cuatro casos, uno en 2020 y cero hasta abril del 2021.
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