Investigadores integrantes de ProCienciaMX solicitaron abrir un debate sobre el anteproyecto de la Ley General de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación, presentado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), pues de ser aprobada limita la libertad de investigación, imposibilita a la ciudadanía tener acceso a la ciencia y centraliza las capacidades tecnológicas del país.
“Es una propuesta de ley centralista, en la que la representación de las entidades federativas en los órganos del sistema nacional son mínimas. La ley propone un diseño institucional y de gobierno en el que no cabe la participación de actores independientes al gobierno ni la participación de otras entidades que puedan expresar disensos o puntos de vista diversos. Ningún integrante de la comunidad científica se puede sentir cómodo con modelos centralistas en un país tan grande, diverso y complejo como lo es México”, dijeron en conferencia de prensa virtual los investigadores en donde participó activamente la Presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos (ACMor), Brenda Valderrama Blanco.
La intención de centralizar la ciencia recae en la posibilidad de crear un “Consejo de Estado”, en donde solo se aprueben financiamientos apegado a la “agenda” marcada por ellos mismos y su afinidad a la titular del Conacyt, sin que ésta tenga contrapesos.
“El anteproyecto de ley ignora el papel que tienen las instituciones de educación superior en la producción de investigación científica y en el ámbito de la innovación. Sin embargo, son las instituciones de educación superior quienes desarrollan más investigación. Esto se puede ver en el porcentaje de artículos publicados en México por estas instituciones (Scopus, 2019): 73% del total. Es indispensable que el Sistema de CTI y el Sistema de Educación Superior actúen de manera convergente y articulada. El papel secundario que el anteproyecto de ley asigna al Sistema de Educación Superior en la CTI debe ser remediado”.
En los puntos expresados por los investigadores provenientes de diversos centros sostiene que “en el anteproyecto se minimiza la función de la ciencia como creadora de nuevo conocimiento y la cooperación internacional en materia científica, ya sea en la investigación básica o en la aplicada. Sin ciencia básica no puede existir aplicación del conocimiento. La ley comete un grave error en omitirla y sólo enlistarla como una de las actividades centrales que realizan las instituciones y los individuos”.