Con siete lugares reservados en uno de los restaurantes más concurridos por los actores políticos en Cuernavaca, llegaron uno a uno, el presidente del Comité Directivo Estatal (CDE), Jonathan Márquez y la secretaria general Maricela Velázquez; se dijo, el llamado fue a solicitud de la presidenta del PRI en Cuernavaca, Lourdes Riva Palacio. Algunos de los comensales decían: “son los buenos para Cuernavaca”. El regidor Irving Morales Escobar, y los exdiputados locales Jorge Arizmendi, Gabriel Haddad y el expresidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Rivera Palau; todo fue “para platicar sobre los retos que requiere la capital del estado ante la grave crisis social, política y económica que vive el Ayuntamiento de Cuernavaca”. Solo fue para eso, aseguraron.
El cabalístico siete se rompió, luego de que un poco retrasado, llegó el delegado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Josué Cirino Valdez Hueso, y se sumó a la mesa, donde también ya estaban los invitados, para algunos, los “buenos del PRI” para Cuernavaca.
Primero tomaron café y hablaron en general de la situación que prevalece en la capital del estado que permanece en el abandono. Ya entrando en materia, empresarios como Juan Pablo Rivera Palau, y Gabriel Hadda Georgi comentaron muchas cosas que se pueden hacer en la capital y que por falta de visión no se han hecho. Dijeron que sí se puede, pero no se ha hecho porque probablemente no se ha querido.
Los más relajados y platicadores era Juan Pablo Rivera, que era constantemente interrumpido por Marisela Velázquez que busca por segunda ocasión ser la candidata en la capital por el PRI o la alianza que se construya.
Comentaba ella de sus recorridos en las colonias, del diálogo que ha entablado con la gente, y de lo que ha escuchado en las calles. El más serio de todos, Jorge Arizmendi, en uno de los costados al fondo apenas si agregaba algunas palabras. La mesa pocas veces se quedó en silencio, si no era Marisela, era Juan Pablo Rivera, o en su caso Gabriel Hadad, incluso el regidor Irving Escobar que para algunos comensales no tiene el suficiente trabajo para aspirar a la alcaldía, si acaso alguna candidatura para una diputación.
La presidenta del PRI, en la capital Lourdes Riva Palacio permaneció atenta a cada uno de sus invitados, el presidente del PRI, Jonathan Márquez hacía las veces de intermediario y remataba con alguna ocurrencia que hacia que se relajará la mesa. Cada uno pidió su desayuno a la carta, no se limitaron, aunque la cuenta fue para el líder de los priistas en Morelos. Se despidieron, pero con el compromiso de volver a reunirse lo antes posible. “Si se une todo ese grupo, quien sea que vaya como candidato, hay posibilidad de ganar Cuernavaca”, dijo alguien de una mesa cercana.